La Vanguardia

Demáre repite victoria en un sprint decidido por medio tubular

Juanpe López mantiene la maglia rosa

- ROBERTO RODRÍGUEZ Barcelona

Medio tubular. Un suspiro impercepti­ble. Milésimas para los amantes de la velocidad. Esa fue la diferencia en la línea de meta que otorgó el segundo triunfo consecutiv­o al francés Arnaud Demáre en la sexta etapa del Giro de Italia. Repitió el de Groupama en un sprint previsto desde la salida por el pelotón, cocinado a fuego lento por los equipos.

Todos los velocistas llegaron frescos (se acumuló casi una hora de retraso), a pleno rendimient­o para dirimir quién era el rey de la velocidad en este Giro. No faltó nadie esta vez para la recta infinita, de casi 5 kilómetros y que desembocab­a en Scalea tras 192 kilómetros de asueto. El terreno perfecto para decidir una de las últimas batallas entre los más rápidos.

El día era más que propicio para que Cavendish y Caleb Ewan se reivindica­sen después del fiasco del día anterior. Muy pronto quedó descartado el colombiano Gaviria al verse encerrado por dos corredores de DSM. Los Groupama lanzaron la volata con Morkov, pero pronto apareció el abuelo Cavendish (36) para atacar el triunfo a falta de 300 metros.

A su rueda, Caleb Ewan mostró más potencia y progresó lo suficiente para ponerse por delante. La victoria parecía suya. Pero a su rebufo traía a Demáre, capaz de escabullir­se entre varios rivales para coger la rueda buena y sobrepasar en el último suspiro al australian­o. Hubo que esperar a la foto finish, que determinó el triunfo número de 86 del francés, el séptimo en la ronda italiana, uno de sus jardines predilecto­s.

La fuga del día fue protagoniz­ada por el italiano Diego Rosa. Recorrió hasta 140 kilómetros en solitario. Y lo hizo en vano, pues todos en carrera sabían que la victoria estaba en el pelotón.

La etapa estuvo dominada por una lentitud exasperant­e de un gran grupo que prefirió ahorrar fuerzas desde el inicio para lo que viene hoy.

Un recorrido muy exigente por los Apeninos, con cuatro puertos y un final con rampas de hasta el 13 por ciento. 4.500 metros de desnivel. Jornada propicia para actores secundario­s que quieran asaltar el liderato. La batalla entre los más fuertes no se espera hasta el domingo, lo que podría permitir al español Juanpe López, líder de la carrera, aguantar el rosa unos días más.

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