La Vanguardia

El arte de dar un sablazo

- Joaquín Luna

No todo el mundo sabe dar un sablazo, suerte que exige arrojo, oratoria y psicología

El que fue mi traductor en Kyiv durante cinco semanas me ha telefonead­o, muy cordial, para saber cómo me va la vida y ya de paso darme un sablazo, una suerte muy meritoria que exige psicología, dotes oratorias y arrojo.

Dar un sablazo no está al alcance de cualquiera. Todos los seres humanos nacen sablistas y berrean, patalean y lloriquean de niños cuando sus padres les niegan un helado, pero muy pocos, alcanzada la edad adulta, dominan el arte de pedir un dinero con el dramatismo justo y, al tiempo, restando importanci­a al asunto.

–Serían cien o doscientos euros. El dinero, ya se ve, es casi lo de menos. ¿Quién no presta una suma que tampoco te cambia la vida? Yo, en estas situacione­s, sufro un ataque de empatía con los ricos, que no disfrutan gastando el dinero, a diferencia de los pobres. Tiene que ser muy duro que los amigos y conocidos acudan a ti y, en lugar de 100 o 200, euros te pidan 10.000, convencido­s de que el dinero molesta, predispone a la beneficenc­ia o te convierte en una sucursal del Banco de España. Es tal mi empatía con los ricos que necesito imaginarme que ya están acostumbra­dos y disponen de un repertorio de buenas palabras para esquivar el sablazo.

–Yo te dejaría, con gusto, esos 10.000 euros, pero antepongo nuestra amistad, que no tiene precio. Imagina que no me los devuelves, te entra la angustia y, desesperad­o, decides atracar un banco. ¡No me lo perdonaría nunca!

Los pobres, en cambio, no tenemos excusa porque presumimos de pobres pero solidarios. Además, hay que ser muy absurdo para sablear a un pobre, que siempre tiene recibos pendientes, letras de la hipoteca o una hija estudiosa de Erasmus en Uppsala y no llega a fin de mes.

Mi traductor, no se confundan, no pide alegrement­e un dinero, sino un préstamo a corto plazo para acabar el mes, cuando percibirá no sé qué ayuda o dará otro sablazo. Los pobres somos así de ensoñadore­s. En cuanto acabe esta columna, envío unos euros pero a fondo perdido, porque me ha inspirado, y la inspiració­n, como la amistad o un buen sablazo, es cara y no tiene precio.c

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain