La vía del diálogo gana

La opinión de los catalanes sobre la evolución del país y la gestión de su gobierno no es ni mucho menos positiva cuando se está a punto de cumplir el primer año de la investidura de Pere Aragonès. Uno de cada dos catalanes cree que las cosas en Catalunya van por mal camino y solo uno de cada tres aprueba la gestión del Govern. Seguramente crisis exógenas como la covid o los efectos de la inflación tienen una directa influencia en el ánimo de los ciudadanos que no están para lanzar cohetes ni para aplaudir a sus gobernantes, pero la encuesta realizada por Ipsos Iberia para La Vanguardia dibuja una fotografía que debería ser tenida en cuenta. En la primera parte de la encuesta que divulgamos hoy se confirma que los partidarios de la vía del diálogo obtienen premio. Los socialistas se reafirman en su primera posición ganando dos puntos y pasando de 33 a 36 escaños y los republicanos, a pesar del desgaste del Govern, siguen inalterables con sus 33 diputados. En cambio, Junts pierde más de cuatro puntos porcentuales y pasaría de 32 a 25 escaños. Es significativo, en este sentido, que la opinión que los ciudadanos tienen de Aragonès es mejor que la que tienen del Govern en general. Mientras un 37% de los encuestados creen que es un buen presidente para Catalunya, baja hasta el 33% los que piensan que la gestión de los distintos departamentos ha sido buena o muy buena.

Esta percepción a favor del consenso por parte de la ciudadanía es muy evidente: hasta casi un 60% cree que ERC debería mantener su apoyo al Gobierno central, a pesar de que hay una opinión generalizada muy crítica sobre la actuación del Ejecutivo en el caso Pegasus. Y Pedro Sánchez es el político mejor valorado y está cerca del aprobado (47%) gracias, entre otros, a los votantes de Esquerra que le apoyan en un 57%. Un dato para retener en plena crisis entre los dos gobiernos. Y sin querer hacer spoiler, les invito a que mañana sigan la segunda parte del sondeo que confirma la tendencia de que los catalanes apuestan cada vez más por el diálogo y se alejan del discurso reivindicativo del procés. Todas las respuestas van en la misma dirección. La realidad es como es y no como algunos quieren que sea.