Sánchez esgrime gestión para intentar escapar de la grave crisis del espionaje
El Gobierno asume que el caso Pegasus eclipsa su acción ejecutiva y legislativa
Pedro Sánchez está atrapado desde hace semanas en el agujero sin fondo del caso Pegasus, uno de los mayores escándalos de la democracia para sus propios socios de Gobierno y aliados de legislatura. El incendio no remite, pese al cortafuegos desplegado con el cese de la directora del CNI, pero el jefe del Ejecutivo se afana para tratar de escapar de la grave crisis del espionaje, que en el Gobierno asumen con frustración que lastra y eclipsa toda su acción ejecutiva y legislativa.
Con este propósito, Sánchez volvió ayer a esgrimir su gestión frente a la pandemia y las consecuencias económicas y energéticas de la guerra en Ucrania, en su debut en la precampaña de las elecciones andaluzas. Justo al día siguiente de que el Consejo de Ministros aprobara poner un tope al precio del gas que reducirá, “dentro de muy poco” según aseguró, la factura de la luz.
Frente a las turbulencias que afronta por la crisis del espionaje, a la que no hizo la menor referencia, Sánchez puso el acento en “lo que realmente le importa al ciudadano”. A su juicio, el empleo, los salarios y las pensiones dignas o, precisamente, la factura de la luz. “Las cosas de comer”, como dicen en la Moncloa. El líder del PSOE sacó así pecho por los 20 millones de afiliados a la Seguridad Social, una cifra que reiteró que supone “el mayor registro de su historia”; la caída de la temporalidad en el empleo gracias a la reforma laboral; el incremento del salario mínimo hasta los mil euros al mes; o la garantía por ley de la revalorización anual de las pensiones conforme al IPC.
Para resaltar su respuesta socialdemócrata ante las grandes preocupaciones sociales –entre las que no se encontraría el espionaje que él mismo y varios de sus ministros sufrieron, y que también afectó a dirigentes independentistas–, Sánchez incluso lanzó una reprimenda al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que tachó de “tontos” a los
El jefe del Ejecutivo ve inminente la rebaja de la luz y tacha de “listillo” al presidente de Iberdrola
La Moncloa exhibe mayorías absolutas para neutralizar la imagen de fragilidad e inestabilidad
consumidores acogidos a la tarifa eléctrica regulada. “Cuando el Gobierno ha tenido que optar, siempre ha elegido proteger a las familias, a las empresas y a las industrias, frente a algunas declaraciones de listillos que se pasan de listo”, reprochó a Galán.
El jefe del Ejecutivo mantiene una agenda diaria que trata de resaltar, justamente, los avances en la recuperación económica y la creación de empleo, con el despliegue de los fondos europeos. Un día presentando la gigafactoría de baterías de Volkswagen en Sagunto, otro anunciando el proyecto estratégico del sector agroalimentario en Ciudad Real, o protagonizando una jornada en Madrid para resaltar el impulso de los fondos europeos, y anunciar el tope al gas para reducir la factura eléctrica. Pero la crisis de los espías se cruza constantemente en su camino e impide que calen lo que en el PSOE califican de “éxitos indiscutibles”.
En la Moncloa celebraron por todo lo alto que, en su último encuentro en Barcelona, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, volviera a elogiar la gestión económica de Sánchez frente a los alarmantes pronósticos emitidos por Alberto Núñez Feijóo. “España es hoy un motor en la UE”, resaltó la dirigente europea. Una afirmación que, no obstante, casi pasó desapercibida ante el frío reencuentro que aquella jornada protagonizaron Sánchez y el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, uno de los líderes independentistas espiado por el CNI.
Los últimos datos económicos y de creación de empleo vienen a confirmar, según los socialistas, la “fortaleza” de la recuperación. Pero el caso Pegasus monopoliza desde hace semanas el escenario político, e insiste en dibujar a un Gobierno en precario y falto de respaldos parlamentarios para sostenerse. Para intentar neutralizar esta imagen de fragilidad e inestabilidad, la Moncloa resaltó que el pasado jueves todas las iniciativas del Ejecutivo volvieron, no obstante, a lograr amplias mayorías absolutas en el Congreso.
El escándalo de los espías también eclipsa toda la acción legislativa del Gobierno, como bien pudo comprobar la víspera el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, cuando trató de trasladar en el Congreso el plan normativo del Ejecutivo previsto para todo el año, además de datos “inequívocos” sobre la creación de empleo. Pero los portavoces de los grupos, tras la destitución de la jefa del CNI, solo quisieron ahondar en la crisis del espionaje. “El ruido ensordecedor no callará nunca la hoja de ruta legislativa del Gobierno”, se defendió Bolaños, que aseguró que se mantendrá este rumbo. “Eso es lo importante, y son las cosas de comer”, zanjó, intentando dar un portazo a “la actualidad más inmediática” que atenaza al Gobierno.c