Aviso al independentismo
La encuesta que la empresa Ipsos ha elaborado para La Vanguardia, y cuya primera parte publicamos hoy, señala que el PSC volvería a ganar las elecciones en Catalunya al obtener 36 escaños, mientras que la actual mayoría absoluta independentista en el Parlament podría estar en peligro, bajando de 74 a 68 diputados, por 67 de la oposición. Esquerra conservaría los 33 escaños del 2021, pero Junts perdería hasta siete diputados, mientras que la CUP lograría uno más de los que tiene actualmente.
El mapa electoral catalán se completaría con una subida del Partido Popular, que pasaría de tres a siete diputados, mientras que Vox también ganaría posiciones sumando un escaño más a los once que tiene ahora. El gran perjudicado en el centroderecha sería nuevamente Ciudadanos, que se quedaría con tres representantes, mientras que los comunes también avanzarían, llegando a nueve escaños.
Una lectura política del resultado del sondeo muestra la fidelidad del electorado socialista, al que ni el Catalangate ni el escándalo sobre el espionaje a miembros del Gobierno español harían desistir de seguir depositando su confianza en la formación que dirige Salvador Illa. El líder de la oposición empata en valoración (lo aprueba el 38%) con el president Aragonès, pero recibe menos suspensos que los dirigentes de ERC, entre los cuales Oriol Junqueras es el líder mejor valorado (41%).
El estancamiento electoral que muestra Esquerra puede ser consecuencia de la baja confianza que los catalanes demuestran tener en la gestión del president Aragonès. Menos del 30% de la población piensa que las cosas en Catalunya “van en la buena dirección”, y un 43% juzga mala o muy mala la gestión del primer año de mandato del actual Govern de coalición. Y más significativo resulta que casi un tercio de los electores que votan independentista suscriben que la gestión del Ejecutivo catalán es mala o muy mala. De hecho, solo un 27% de los encuestados cree que Aragonès sea capaz de unir a los catalanes.
El retroceso que el sondeo atribuye a Junts coincide con los movimientos precongresuales del partido y el pacto in extremis para constituir una candidatura conjunta entre Laura Borràs y Jordi Turull, y en medio del enésimo choque con sus socios de ERC, esta vez por su negativa a suscribir el pacto para la reforma de la ley de Política Lingüística. Vistos los resultados electorales que la encuesta atribuye a Junts, quienes abogan dentro de la formación por romper con los republicanos y forzar unas elecciones quizá deberían reconsiderarlo.
Los posibles efectos del Catalangate no parecen tener repercusión en la apuesta por mantener los puentes con el Gobierno central. El 60% vota por seguir con el diálogo –62% en votantes de Esquerra–, aunque el 53% considera injustificado el espionaje. De hecho, solo un 16%, sobre todo votantes de Junts, Vox y la CUP, serían partidarios de dejar caer el Ejecutivo de Madrid. Son, pues, los dos extremos del arco ideológico los que expresan mayor rechazo. Casi la mitad de los catalanes cree que la ministra Margarita Robles debería dimitir, aunque solo un 34% pide la cabeza del presidente Sánchez. La división en la sociedad catalana sobre los casos de espionaje aparece cuando el 33% los considera justificados si cuentan con autorización judicial, cifra que sube hasta 42% si sumamos los que lo admiten en todos los casos. Por el contrario, el 53% defiende que no está justificado en ningún caso. El votante socialista (64%) avala el espionaje autorizado pero es superado por PP y Vox, con el 80%.
De los datos de la encuesta se deducen los pocos cambios que los escándalos de espionaje tienen en el comportamiento del elector catalán, su deseo mayoritario de que siga abierto el diálogo entre la Generalitat y la Moncloa, y la baja aceptación de la gestión del Govern y de la capacidad del president Aragonès para unir a toda la ciudadanía catalana.c
El PSC volvería a ganar las elecciones y podría peligrar la actual mayoría independentista