Comer sin gluten

En la actualidad, muchas personas siguen creyendo que comer sin gluten favorecerá su salud o les ayudará a perder peso. Todo un mito que ha dado una gran popularidad a las dietas sin gluten en los últimos años. Pero ¿nos hemos preguntado qué consecuencias conlleva esto?

Pues bien, en el momento en que gran multitud de personas, por cuenta propia, deciden empezar una dieta libre de gluten provocan, entre otras muchas cosas, que muchos establecimientos ofrezcan platos sin gluten sin tener en cuenta cómo se deben manipular estos alimentos para evitar la contaminación cruzada con los que sí tienen gluten.

El problema que tenemos las personas celiacas es que, si no se toman las precauciones necesarias, por poco gluten que entre en nuestro organismo, nuestro cuerpo reacciona muy negativamente, lo que provoca consecuencias graves.

Ningún restaurante está obligado a ofrecer platos sin gluten; por tanto, si lo hacen, que sea bajo la responsabilidad de poder garantizar al 100% que los platos que ofrecen son aptos para celiacos. ¿Y cómo se consigue esto? Mediante información, formación y llevando a cabo un protocolo para evitar la contaminación cruzada. Y si no es así, si los platos pueden llegar a contener trazas de gluten, que no indiquen ni vendan el plato como “sin gluten”. Nadie los obliga.

¿No les parece indignante que estos establecimientos hagan este tipo de acciones simplemente como reclamo publicitario para ganar clientes y beneficiarse económicamente a costa del único tratamiento que existe de una enfermedad como es la celiaquía? Porque a mí sí.

Alicia Castejón Latrás

Barcelona