Chanel lo sabe
Cierro esta columna a una hora en la que no puedo saber cómo le ha ido a Chanel en el Festival de Eurovisión 2022. Nacho Cano ha declarado esta semana en El hormiguero (Antena 3) que Chanel es una máquina del escenario, la artista mejor preparada de esta edición. No lo dudo. Cano ha ponderado el talento de Chanel como cantante, bailarina y actriz. No en vano Chanel llegó hasta el casting final ante Steven Spielberg para el cartel de su revisitado West side story, lo que se dice rápido. Chanel, nacida en Cuba y crecida en Olesa, lleva en el alma el ímpetu de la mujer caribeña, que nada ni nadie puede detener cuándo sabe lo que quiere. Y Chanel lo sabe: ganarse al personal con ritmo contundente y sensualidad inapelable. Así lo ha sentido la cantante italiana Laura Pausini –una de las presentadoras de la gala–, espontáneamente arrastrada a mover el esqueleto bajo el poderío de Chanel al verla y escucharla durante uno de sus ensayos en Turín. Chanel ha entendido que la apuesta cultural de España no debe frenarse en sus castizas costas, sino extenderse a las de América e integrar el legado de Cuba y de Miami, de los sones afrocaribeños y de la alegría tropical, ha entendido que esa fecunda coyunda engendrará las músicas que harán bailar y moverse a occidente entero con las mismas animosas ganas que ha sentido la gran Laura Pausini.
TIMUR. El Festival de Eurovisión es más que un festival de la canción, es un reflejo de la coyuntura de los países representados, como sabemos por aquí desde que Massiel cantó en castellano en lugar de Joan Manuel Serrat en catalán (qué torpe, cicatera, corta de miras y miedosa es toda dictadura). Lo hemos visto en grado extremo en el caso del comentarista de la radiotelevisión pública ucraniana, Timur Miroshnychenko, que ha tenido anoche que desempeñar su labor desde un blindado refugio antiaéreo, por si a las tropas de Putin se les ocurriera masacrarle mientras comentaba el festival, ahora un escaparate para la causa de Ucrania contra la invasión rusa. Los votos emitidos desde cada país han sido elocuentes acerca de la circunstancias geoestratégicas del momento en el que se ha celebrado el Festival de Eurovisión. La televisión es, al fin, un invento europeo. Al cierre de esta edición Timur Miroshnychenko seguía vivo. – @amelanovela