Palabras como sin bala
Una música onírica, entre la dulzura y la disrupción. “Damunt de tu totes les flors”, canta Marina Her lopconl as Tarta Re lena. Empieza elxxxvii festival internacional dePoe si a,enelPa laude la Música, punto y final de la semana más lírica. Siete poetas de edades, lenguas y estéticas distintas.
Entra en el escenario Jordi Pàmias (Guissona, 1938) y apela al “home escindit entre un futur d’avenços tecnològics / i la quieta màgia d’un record”, hasta que en
Minotaure “tornà, a la fi del segle, la roja nit del monstre”, la guerra implícita. Es el turno de Hirondina Joshua (Maputo, Mozambique, 1987), considerada una promesa lírica en portugués. Dibuja una casa metafísica, con paredes y muebles donde una persona habla,y“su soledad pone en acción el mundo”. Golan Haji (Amuda, Siria, 1977), poeta siriokurdo, recita en árabe entre la resonancia de la guerra y la esperanza.
La rumana Marta Petreu (Jucu, Rumanía, 1955), recuerda Hace mucho. Cuando había sentimientos “sumergidos en cada célula en un pliego del código genético”. Ángelo Néstore (Lecce, Italia, 1986), poeta no binaria, cuestiona en castellano las identidades a partir del porno mainstream ,de las preguntas sobre Dios o su ausencia y la divergencia social.
Luego, Andríi Antonovskyi, artista y poeta ucranianocatalán, dispara con una dicción potente una “bilis negra” que se deshace hacia la “bls ngr”, la poesía sonora, o en otro poema “hacia el vientre mágico desbaratado”, hasta lo “desconocido / desconocido”. Y recordó, en medio de una guerra como la de Ucrania, que un 18 de mayo, en 1944, el régimen estalinista deportó a los tártaros de C rime a. al ice oswald(r ea ding, gran
Bretaña ,1966) empezó rememorando la muerte de Héctor, el héroe de troy a, para pasar alas grandes preguntas de la naturaleza que se deshoja, de las hojas que son almas, que somos todos y no, que entre paréntesis adelgazan los versos, hasta el final. La muerte flota por doquier, en una guerra distante, y las palabras la dicen sin que salga. Disparan como sin bala.