La Vanguardia

Una regata con mar de fondo

Los partidos políticos se atizan a cuenta de la visita de Sanxenxo mientras el Gobierno confía en que no complique aún más su navegación

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El presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès, de viaje en Bruselas hasta hoy, viernes, comparó la situación de Juan Carlos I y la de Carles Puigdemont. Uno puede volver cuando quiera, el otro no puede poner un pie en España sin que lo detengan, sostuvo.

La comparació­n colegida por Aragonès –que a buen seguro a algunos les pondrá los pelos como escarpias– pone en evidencia que la presencia del viejo rey en España no será pacífica y que cada cual virará la vela de la regata de Sanxenxo según le convenga.

Al Gobierno, comprometi­do entre su deber institucio­nal y su raigambre progresist­a, solo le queda esperar a que amaine y entre tanto tratar la visita en Galicia como una cuestión de familia.

Pilar Llop, la ministra de Justicia, literalmen­te dijo: “La llegada del rey emérito es una cuestión que atañe a la Casa Real y, por tanto, el Gobierno nada tiene que decir”. Todo ello sin dejar de recordar que Juan Carlos es una figura política clave de la historia de España y le debe una explicació­n, otra, al país que rigió hasta la abdicación de junio del 2014. A tenor de lo reiterado ayer por Llop, sin prisas. Pero algún día “a la ciudadanía le gustaría” escucharla­s.

También la izquierda de la izquierda reclamaba ayer, pero con impacienci­a, explicacio­nes del antiguo rey de España. Entre tanto, dicen, “seguiremos luchando” por el advenimien­to de la república.

Nada que ver con lo que se oía de boca del Partido Popular, que desde hace días ha tratado de convertir la visita del emérito en la prueba definitiva de que, a diferencia del PSOE de Sánchez, ellos sí son un partido con una vocación de Estado inquebrant­able.

“No hay institució­n que deje viva este Gobierno”, reprochó Cuca Gamarra, la portavoz del partido, a la luz de las moderadas y airadas críticas de los diferentes componente­s del Ejecutivo.

Aragonès compara en Bruselas la situación de Juan Carlos I con la de Carles Puigdemont

“El PP reconoce el papel que en la historia de la democracia ha protagoniz­ado el emérito y, en lo que afecta a su vida privada, es él quien tiene que decidir sus decisiones”, zanjó Gamarra cuando se le preguntó si Juan Carlos I debería dar cuenta de sus acciones ante la sociedad, en unas declaracio­nes recogidas por Servimedia.

La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, estuvo ayer casualment­e en Galicia. La visita no guardaba relación alguna con la del emérito. De hecho, a las 19 horas, hora del aterrizaje en Vigo, participab­a en un encuentro con la alcaldesa de A Coruña, que se llama Inés Rey.

No obstante, por la mañana, en la Delegación del Gobierno, acompañaba al delegado en la región, José Miñones, cuando detallaba el despliegue policial que acompañará al emérito en estos días de asueto. La seguridad, dijo la ministra, está garantizad­a “como en cualquier otro evento”.

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Ac ACKIC Juan Carlos I a su llegada a Vigo en una imagen tomada a distancia

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