Auge de la venta de viviendas
La venta de viviendas se ha disparado en España durante el pasado mes de marzo. La principal razón que explica este gran aumento de la demanda hay que buscarla en el incremento del empleo y, especialmente, del empleo estable, con contratos indefinidos, como consecuencia de la reforma laboral que entró en vigor a principios de año. La venta de viviendas, en concreto, ha subido un 25,6%, en el que ha sido el mejor mes de marzo de los últimos quince años, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.
La estabilidad de los puestos de trabajo es fundamental para fomentar el consumo de bienes duraderos, como empieza a demostrarse ahora con estos datos. Los contratos fijos ofrecen mayor confianza a los que deben endeudarse para comprar una vivienda, ya que ven una cierta seguridad en sus ingresos futuros. La misma confianza ofrece a las entidades financieras, que se han volcado en la concesión de hipotecas a sus clientes para mejorar sus márgenes de negocio.
El aumento de la venta de viviendas es muy positivo, además, para el conjunto de la economía, ya que el sector de la construcción tiene un efecto multiplicador en el consumo de muchos otros bienes y en la creación, a su vez, de nuevos empleos.
La subida de los tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) ha previsto para finales de año puede haber provocado un efecto acelerador en las decisiones de compra de viviendas para aprovechar las mejores condiciones financieras que hay en la actualidad. La subida del precio del dinero, sin embargo, se prevé moderada, con un máximo del 2%-2,5%, lo que se considera asumible por futuros compradores. La clave para sostener la demanda de viviendas, en cualquier caso, es que se mantenga la mejora del empleo estable, como así parece que será durante los próximos años.
La guerra de Putin en Ucrania, en contra de lo que inicialmente se pensaba, ha sido incluso un estímulo más para las ventas, ya que la vivienda se ha considerado por los inversores y particulares como un valor refugio ante la crisis actual y la posibilidad de una etapa de incertidumbre prolongada.
El mes de marzo encadena tres meses con más de 50.000 operaciones de compraventa de viviendas. El primer trimestre del 2022, en este sentido, es mejor que el del 2021, con un crecimiento interanual del 25%. Por el momento este dinamismo del mercado no se traduce en un incremento similar de los precios, que globalmente se mantienen contenidos. En los casos puntuales de las zonas con mayor demanda de las grandes ciudades, sin embargo, los precios de venta empiezan a dispararse.
El principal riesgo para la economía es que el sistema financiero sobrepase los límites de prudencia que deben aplicar en la concesión de hipotecas, tanto en las condiciones de estas como en el importe. El Banco de España debe mantenerse muy vigilante con los límites de riesgo crediticio que asumen las entidades bancarias, algo que no hizo durante el anterior auge de la vivienda. Hay que evitar que se repitan los errores de la gran crisis inmobiliaria y financiera que empezó en 2007-2008 y que arruinó la economía española, cuyos efectos aún estamos pagando. De momento no parece que haya riesgo de entrar en una nueva burbuja inmobiliaria, aunque hay que mantener la guardia alta.
Hemos de volver a recordar, asimismo, que, pese al auge de las compraventas de viviendas, existe un enorme déficit de oferta de pisos a precios asequibles para las rentas más bajas. Es urgente, como hemos reclamado ya en varias ocasiones, un mayor esfuerzo coordinado del conjunto de las administraciones públicas y del sector privado para garantizar el derecho constitucional a una vivienda digna para todos.c
El mayor empleo estable refuerza la demanda al ser una garantía para las hipotecas