Colau quiere limitar el tráfico de cruceros en el puerto
La alcaldesa propone que Barcelona se dote de una regulación pactada, tal y como ha hecho Palma
En plena recuperación de los cruceros, vuelven al debate político. Ada Colau anunció ayer que propondrá al puerto –y a las administraciones que corresponda, tanto a la Generalitat como al Gobierno– limitar el número que recibe Barcelona con un doble objetivo: reducir las emisiones de gases contaminantes y también el impacto –las molestias– de su pasaje en determinadas zonas. Esta limitación, precisó la alcaldesa, debe hacerse con calma y en base a datos y podría tener como punto de partida la regulación vigente en Palma, que es pionera.
Colau no dijo que Barcelona tenga que aplicar los mismos parámetros que la capital mallorquina –los volúmenes de la actividad crucerista y del puerto y de la ciudad son muy distintos–, pero sí defendió que sirva de base de estudio. El acuerdo para Palma, sellado a finales del 2021 por el Gobierno balear y las navieras, fija hasta el 2026 la llegada de un máximo de tres cruceros al día y solo uno de ellos con una capacidad superior a 5.000 pasajeros. En la actual temporada pueden atracar cuatro buques en determinadas fechas (18 días al año). La media diaria de cruceristas en una semana no debe superar los 8.000.
“Debemos tener un debate sereno y con datos”, manifestó Colau en una entrevista en TVE y Ràdio 4. Pero, avanzó, los que tiene el Ayuntamiento son “preocupantes” por lo que, a su juicio, regular el volumen de este tráfico estaría justificado. “Los cruceros generan contaminación (aunque recordó que la principal fuente de polución en Barcelona es el tráfico rodado) y el modelo de cruceros sin límite que ha habido hasta ahora no es sostenible y, por tanto, se debe regular también”, manifestó la alcaldesa, que recordó que este mayo está previsto que lleguen 125 a Barcelona. “Quizás algunos meses no haga falta , pero otros sí”, insistió.
El problema, subrayó Colau, no es solo de contaminación, también de “sostenibilidad de la ciudad” puesto que son “miles las personas que llegan y la mayoría están pocas horas y se concentran mucho en la zona del centro y de golpe generan sensación de colapso”. La edil explicó que el 40% de los cruceristas que llegan a la capital catalana no están en sus calles más de cuatro horas y visitan prácticamente siempre los mismos lugares, con lo que su impacto económico es “relativo, no
El Port recuerda que en el 2018 se acordó que no habrá más de siete terminales, todas en el muelle Adossat
es generalizado”. En el 2019, la capital catalana recibió 3,1 millones de cruceristas.
La alcaldesa dijo que todavía no ha hablado del asunto con el presidente del puerto, Damià Calvet, pero lo hará pronto. Fuentes portuarias recordaron que en enero del 2018, el Ayuntamiento y el Port, por mediación de la propia Colau y del entonces presidente de la institución, Sixte Cambra, firmaron un acuerdo que limita a siete el número de terminales de cruceros, todas ellas concentradas en el muelle Adossat. Este pacto permitirá liberar las dos terminales ubicadas junto al World Trade Center. Las mismas fuentes señalaron que el puerto está cumpliendo al pie de la letra este acuerdo y que, en todo caso, si el gobierno municipal realiza una propuesta formal en relación con la actividad de los cruceros la estudiará.
Colau se refirió a ese acuerdo firmado durante el pasado mandato municipal, que puso en valor puesto que supuso una “primera ordenación que permitió sacar los cruceros del puerto ciudad, en pleno centro, y concentrarlos en el puerto industrial”. Pero, subrayó, “ahora tenemos una emergencia climática, los niveles de contaminación, las olas de calor que sufrimos... Hay que dar más pasos en la regulación”. Y recordó que la limitación “ya se ha hecho con los alojamientos y con el tráfico; también la tenemos que hacer con los cruceros”.