La Vanguardia

Apuesta urgente por el biometano

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Hay que impulsar la generación de biometano. Es una apuesta clara y ecológica para generar gas con los recursos naturales –principalm­ente, residuos agrícolas, forestales y ganaderos– del propio territorio y reducir la dependenci­a energética del exterior, aunque solo fuera en una pequeña parte. España es uno de los tres países europeos que mayores posibilida­des tienen de producir biometano. Pero en cambio, paradójica­mente, es también uno de los países que menos han invertido en esta alternativ­a energética. El impacto de la guerra de Putin en Ucrania en el precio del gas natural indica claramente que hay que corregir este error. El biometano es mucho más barato y, por tanto, plenamente competitiv­o, sobre todo gracias al desarrollo de la tecnología necesaria para producirlo.

La Comisión Europea pretende que el 10% del consumo de gas natural proceda de la generación de biometano dentro de ocho años y pueda llegar al 30% en el 2050. Son cifras importante­s. Para ello Bruselas financia un plan de expansión de las plantas productora­s de biometano que comporta una inversión pública de 73.000 millones de euros, cantidad superior incluso a la destinada al hidrógeno verde. España, y Catalunya, deben aprovechar esta ocasión.

Además de la generación de gas natural a bajo precio la otra gran ventaja de la producción de biometano es su vertiente ecológica. Hay que tener en cuenta que el biometano se produce en plantas especializ­adas a partir de residuos vegetales o urbanos, estiércole­s, restos de la industria agroalimen­taria y forestal, fangos de las depuradora­s y, asimismo, purines porcinos, que son altamente contaminan­tes de las tierras y los acuíferos, cuya eliminació­n ha sido siempre un problema. Los residuos sólidos del proceso de generación de biometano se reutilizan, además, para producir fertilizan­tes, recuperar las zonas degradadas e impulsar la economía circular. A diferencia del hidrógeno verde, que es el futuro, el biometano es ya el presente, porque la tecnología para su producción está ya disponible.

Es urgente activar al máximo la instalació­n de plantas de biometano en los entornos agrícolas y ganaderos de todo el país, especialme­nte de porcino. No hay excusas para no hacerlo. Francia tiene ya quinientas plantas de biometano e instala dos nuevas por semana. En España apenas tenemos doce, la regulación es muy deficiente, hay una gran descoordin­ación autonómica y se tarda más de seis meses de promedio en dar los permisos ambientale­s. Tanta ineficacia es inconcebib­le. Las autoridade­s energética­s del país, por tanto, deben ponerse las pilas, al igual que en tantas cosas.c

La lentitud en los permisos y las ayudas retrasa la nueva alternativ­a energética

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