Eivissa se blinda contra las fiestas ilegales
Eivissa quiere dejar de ser el paraíso de las fiestas ilegales que han comenzado a proliferar en mansiones de lujo, con drogas y prostitutas en muchos casos, al margen del circuito del ocio nocturno. Las fiestas se publicitan a través de Whatsapp o de Telegram y es fácil conseguir los teléfonos de contacto en las zonas de marcha de la isla. El Consell d’eivissa infiltró el año pasado a varios jóvenes para tratar de parar esta actividad y el informe deja a las claras el sofisticado sistema que han organizado para evitar los controles policiales y administrativos.
El informe presentado por los detectives narra la facilidad con la que se puede participar en estas fiestas: se establece un primer contacto en un bar, facilitan un número de Whatsapp con el que hay que estar operativo y, a partir
de ahí, hay que enviar un bizum con una parte de la entrada, 100 euros en algunos casos con todo incluido. Una vez confirmado el envío, los organizadores envían un mensaje con un punto de encuentro donde les espera un transfer que les lleva a la mansión donde se celebra la fiesta. Allí pagan en efectivo el resto de la entrada.
En las fiestas, normalmente en viviendas de lujo con piscina, hay barra libre y dj, algunos de los que antes trabajaban en el ocio nocturno. Se ha detectado la presencia de prostitutas y tráfico de drogas. “Hay organizaciones que se dedican a esto con una gran rentabilidad”, señala el president del Consell d’eivissa, Vicent Marí.
Marí explica que el trabajo de los infiltrados fue muy útil el año pasado hasta el punto de que este año han decidido ampliar el servicio y el Consell destinará 150.000 euros a ampliar el número de jóvenes que tratarán de informar de la actividad. El año pasado se detectaron medio centenar de fiestas ilegales a las que se envió a la policía para que abriera expedientes. “Queremos erradicar esta actividad porque da una mala imagen de una marca, Eivissa, que debemos cuidar”, señala.
Esa voluntad de acabar con esta actividad ha llevado al Govern balear a aprobar un decreto ley que endurece las sanciones por estos negocios ilícitos. Los asistentes a las fiestas ilegales que sean cazados in fraganti pagarán una sanción de 300 euros, pero las multas se extienden a todos los que participan en la fiesta, incluidos los camareros o djs, a quienes la organizan y a los propietarios de la vivienda donde se celebra. Esa es una de las grandes novedades del texto. “El propietario de una vivienda no puede desentenderse de lo que ocurra allí”, asegura el presidente de Eivissa, que señala que muchas mansiones pertenecen a ciudadanos extranjeros o a empresas internacionales.
La consellera de Presidència del Govern balear, Mercedes Garrido, precisa que el nuevo decreto ley aprobado permite no solo multar con 300.000 euros al dueño de la casa sino que, además, en el caso de que se trate de una vivienda turística, se le podrá retirar la licencia de manera cautelar. Si además los vecinos denuncian ruidos y molestias, será un agravante.
Garrido alerta de que las fiestas ilegales no solo provocan problemas de competencia desleal y de desórdenes; añade que, en ocasiones, son un foco de inseguridad. De hecho, el año pasado se produjo un grave suceso en una de las mansiones que acogían uno de estos montajes. Un ciudadano italiano descerrajó cinco tiros a un compatriota. El presidente de Eivissa menciona este grave suceso y explica que es imprescindible ir al límite para evitar que esta actividad de extienda, algo que ha ido sucediendo durante los años de la pandemia, con el ocio nocturno cerrado por las medidas anticoronavirus.c
El nuevo decreto ley multa con 300.000 euros al dueño de la casa y con 300 a los asistentes