Concepto es la palabra
¿Qué coalición gestionará en España el dictado de la OTAN?
El nuevo texto doctrinal de la OTAN dibuja un mundo muy peligroso. El enemigo principal es Rusia, la Rusia postsoviética gobernada por antiguos oficiales del KGB en alianza con los oligarcas enriquecidos por el saqueo de los bienes colectivos de la antigua Unión Soviética.
En esa Rusia manda una triple alianza: una oligarquía dedicada a la venta al por mayor de minerales e hidrocarburos;
los oficiales reconvertidos del viejo servicio de seguridad, encabezados por el teniente coronel Vladímir Putin, que han tomado el mando político, ajustan equilibrios, dirigen el ejército y controlan el arsenal nuclear, y un aparato ideológico nacionalista que domina todos los canales de televisión. Todos ellos bendecidos por la Iglesia Ortodoxa Rusa. El nuevo zarismo con mísiles nucleares es hoy el principal enemigo del mundo democrático, según el concepto doctrinal de la OTAN aprobado ayer en Madrid.
Ese enemigo es hijo del fracaso de Mijaíl Gorbachov ,el hombre que creía honestamente en la reforma de la Unión Soviética. Es interesante releer estos días la documentada biografía de Gorbachov publicada en el 2018 por el norteamericano William Taubman. Hay en ese libro un episodio muy interesante.
Cuando Gorbachov viaja a la República Popular China en mayo de 1989 para explicar su programa de reformas, se encuentra con la plaza de Tiananmén ocupada por miles de estudiantes que le saludan como “embajador de la democracia”. Le aclaman. El sexto secretario general del Partido Comunista de la Unión Soviética encuentra una cierta complicidad con el secretario general del Partido Comunista Chino, Zhao Ziyang, también partidario de la reforma política. En Pekín nadie duerme aquellos días. Hay mucha tensión. La mayoría de los dirigentes chinos no están de acuerdo con la idea de priorizar la reforma política a la reforma económica.
Buena parte de la dirección china, con el viejo reformista Deng Xiaoping detrás de los cortinajes, defiende una apertura urgente de la economía, con una fuerte reintroducción de la propiedad privada, salvaguardando el monopolio del poder político en manos del partido. Al poco de regresar Gorbachov a Moscú, Zhao
Ziyang es relevado y la protesta de Tiananmén, aplastada. Meses después, el hijo de Deng dice lo siguiente a un periodista estadounidense: “Mi padre piensa que Gorbachov es un imbécil”.
Treinta y tantos años después, la Rusia privatizada salvajemente tras el fracaso de Gorbachov ha invadido Ucrania, creyendo tener a Europa embridada por la dependencia del gas siberiano. Treinta y tantos años después de la brutal sentencia de Deng Xiaping, la China que dio prioridad a la liberalización económica sobre la liberalización política, le disputa a Estados Unidos el rango de primera potencial mundial.
La OTAN acaba de declarar a Rusia como el principal enemigo inmediato, adjudicando a China el papel de gran adversario en la perspectiva histórica. Ambos conceptos están interrelacionados. La actitud de la OTAN ante la invasión de Ucrania es una advertencia a China: ni se os ocurra invadir Taiwán y tomar el control del Pacífico. Este es el núcleo doctrinal aprobado ayer Madrid. No es literatura. Ese documento enmarca a partir de ahora toda la política doméstica de los países miembros de la OTAN.
La mención al flanco sur es importante para España, sin duda alguna. La defensa de la integridad territorial de los países miembros incluso puede ser interpretada como un paraguas para Ceuta y Melilla. Esa es una lectura interesante para Pedro Sánchez, muy necesitado de mejorar su narrativa sobre la normalización de relaciones con Marruecos. Pero la OTAN no se ha reunido en Madrid para hablar de Ceuta y Melilla.
La OTAN ha efectuado en Madrid un dibujo del mundo que no existía cuando se conformó el actual Gobierno de coalición en España. Y habrá que ver ahora si ese dibujo del mundo permitirá a la coalición seguir existiendo. He ahí un reto para una izquierda que ya se había olvidado de Gorbachov y Deng Xiaoping.
¿Qué es lo primero a partir de ahora?c