Una ciudad de alcaldes bailongos
Salvando las distancias, los movimientos de la alcaldesa Colau en la gala LGTBI de Montjuïc recordaron a más de uno aquella tarde de mayo del 2004 en la que el alcalde Joan Clos, embutido en una ajustada camiseta amarilla y montado sobre el trio elétrico de Carlinhos Brown, también se dejó llevar, en aquel caso por el ritmo machacón de Maria Caipirinha y por la euforia desatada en el sambódromo del paseo de Gràcia por la Carnavalona, la inauguración popular –400.000 asistentes– del Fòrum Universal de les Cultures. A Clos le llovieron críticas por su protagonismo en un acto organizado y pagado por el Ayuntamiento.