España exhibe su potencial exportador de gas en pleno foco internacional
Por primera vez el país es exportador neto de energía a través de sus gasoductos
Con toda la atención mediática mundial concentrada en Madrid, España saca pecho. No solo es capaz de organizar, con éxito y seguridad, una histórica cumbre de la OTAN, sino que también se exhibe al mundo como potencia con capacidad para mitigar, al menos en parte, uno de los problemas económicos que provoca el ya enemigo oficial Rusia y sus cortes de gas.
No es casualidad que entre los titulares de la cumbre de la OTAN se haya colado el estreno, por primera vez en la historia, de la canalización norte-sur del gasoducto Magreb-europa que une España con Marruecos a través de Tarifa y que hasta noviembre del 2021 permitía el paso de hasta 12,5 bcm de gas procedente de Argelia.
Con Biden por testigo, España demuestra su capacidad estratégica para surtir a Marruecos del suministro de gas anual que perdió cuando Argelia, país alineado con Rusia, le cortó el grifo el pasado mes de noviembre. El gasoducto Magreb-europa comenzó el martes a bombear gas desde España a Marruecos, como adelantó La Vanguardia, y continuó haciéndolo ayer durante todo el día con un flujo en torno a los 153.000 metros cúbicos en las horas de máximo funcionamiento, según los datos de Enagás.
España se convierte así en el canal que permitirá a Marruecos suplir sus necesidades de gas. Esta capacidad de suministro en situaciones estratégicas por parte de España se une a la que viene ejerciendo desde el mes de abril con Francia. Desde entonces, España tiene funcionando a pleno rendimiento las otras dos únicas conexiones gasistas habilitadas en el norte de España. La que conecta a través de Irún, con una capacidad de 2,1 bcm al año, y la que enlaza a través de Larrau, con otros 5,3 bcm al año.
Francia ha tenido que usar estas conexiones, durante años con una utilidad mínima, ya que su potencial nuclear ha patinado en el momento más conflictivo. La mitad de sus 56 reactores nucleares están parados justo cuando Rusia está recortando el suministro de gas a Europa. El problema está lejos de ser temporal o responder a paradas técnicas.
La mitad de las centrales paradas en Francia presentan problemas de corrosión en reactores que en principio tenían una esperanza de funcionamiento, sin reformas, de más de 20 años. Esto ha dejado al país con el nivel más bajo de producción eléctrica nuclear en 20 años y le ha obligado maximizar su importaciones de electricidad y gas con España.
Pero la aportación española está afectada por sus limitadas infraestructuras. El consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, aseguró en la última presentación de resultados del gestor de infraestructuras, que las seis regasificadoras con las que cuenta España le otorgan una capacidad exportadora de, al menos, 20 bcm por año.
Conseguir el compromiso de Francia para financiar la conexión a través de los Pirineos catalanes, conocida como Midcat, es clave para consolidar el papel de España como potencia exportadora de energía en este delicado contexto geoestratégico.
El compromiso de Francia para financiar el Midcat es estratégico para consolidar esa posición