Cae la mayor red de estafa financiera con criptomonedas
Solo en España se han contabilizado más de 17.000 víctimas, a las que engañaron desde ‘call centers’ en Albania
A la señora Mercè, vecina de Puigerdà de ochenta y tantos años, la contactaron a través de un Whatsapp al que ella respondió con inocencia. A partir de aquí y durante cuatro años un tal Bryan se convirtió en algo más que su asesor financiero al que confió 500.000 euros para invertir en criptomonedas. Pese a no haberlo visto nunca en persona, Graison se hizo amigo de la mujer, confesor, protector, alguien al que confiaba secretos y al que, pese al criterio enfrentado de los hijos de la señora, siguió entregando dinero hasta el día en que ella quiso recuperar sus presuntos beneficios para demostrar a su incrédula familia que nadie la engañaba. Ese día el sueño de Mercè se rompió, pero sus estafadores no la soltaron todavía.
Esa primera denuncia de Mercè en los Mossos d’esquadra de Puigerdà desembocó cuatro años después en una de las investigaciones de estafas financieras más complejas y ambiciosas de los últimos años en Europa. Hay más de 17.000 víctimas solo en España de una organización criminal compleja que lideraba desde Albania un asesor del ministro de Defensa, huido del país y en búsqueda y captura internacional.
Sigamos con Mercè porque su caso ayuda a entender la magnitud de una estafa en la que sus responsables actuaron sin escrúpulos buscando víctimas vulnerables a las que literalmente vaciaron las cuentas corrientes. En el momento en el que la mujer puso en duda las bondades de Graison, alguien al otro lado del teléfono le comunicó que su asesor financiero había muerto. Mercè se culpó de haber desconfiado y reinició una relación con el sustituto. En ese momento los hijos intensificaron la presión sobre las decisiones económicas de su madre, pero nada pudieron hacer para que Mercè entregara otros 300.000 euros a unos presuntos abogados que se presentaron como un gabinete que luchaba por los intereses de todos los perjudicados. Eran los mismos estafadores con otro disfraz.
La estafa a Mercè resultó ser un grano de arena en una montaña que se estaba construyendo a partir del dinero que inocentemente confiaban decenas de miles de personas de toda Europa. Los investigadores de la región policial de Pirineu de los Mossos se pusieron en contacto con sus colegas de la Guardia Civil de Huesca, que trabajaban en una denuncia muy parecida, pero con unas pérdidas de 100.000 euros.
Ese primer equipo conjunto de trabajo se fue ampliando al comprobar la envergadura de la organización criminal y, bajo el amparo de Eurojust y de Europol, se creó un grupo mayor con la participación de investigadores de Alemania, Suecia, Finlandia, Letonia, Georgia, Albania y Ucrania, bajo la tutela de un juez de La Seu d’urgell.
La organización, liderada por ocho personas, cinco en Albania, perfeccionó una operativa de estafa a través de plataformas de web falsas pero que eran capaces de vestirse con tal apariencia de legalidad que incluso patrocinaron al equipo de fútbol del Sevilla, inscribiendo su nombre (Everfx) en el pantalón del equipamiento oficial.
La organización disponía de decenas de call center ubicados en Albania, Bulgaria, Georgia, Macedonia y Ucrania desde los que centenares de presuntos asesores financieros manipulaban a las víctimas logrando que invirtieran todos sus ahorros en productos inexistentes. Las primeras inversiones no superaban nunca los 250 euros, pero a partir ahí, el reclamo del presunto dinero fácil hizo que algunos se hayan arruinado de por vida.●
La investigación arrancó con dos denuncias paralelas en Puigerdà y Huesca y terminó con detenciones en Albania