Australia revisa el caso Folbigg, la mujer acusada de matar a sus cuatro bebés
Las autoridades australianas comenzaron este lunes a revisar el caso de Kathleen Folbigg, condenada en el 2003 por la muerte de sus cuatro bebés y que lleva 19 años en la cárcel, después de que un grupo de científicos – entre ellos, la inmunóloga española Carola García de Vinuesa– indicara la posibilidad de que esos fallecimientos se debieran a una rara mutación genética.
Durante la vista inicial celebrada en el departamento de Justicia del estado australiano de Nueva Gales del Sur, Sophie Callan, abogada que asiste a la investigación, precisó que han “surgido nuevos descubrimientos” en referencia a las muertes de Caleb, Patrick, Sarah y Laura –los cuatro bebés de Folbigg– que perecieron cuando tenían entre 19 días y 18 meses de vida entre los años 1989 y 1999.
Es precisamente el equipo de García de Vinuesa, que ha pasado los últimos 20 años trabajando en Australia, el que está detrás de esos “nuevos descubrimientos” que mencionó en la vista Callan. Esta immunóloga descubrió que Sarah y Laura (el tercer y cuarto bebé de la familia) heredaron una mutación genética en la proteína calmodulina, en el gen CALM2, que causa muerte súbita en niños pequeños por parada cardiaca. Vinuesa explicaba en su día a La Vanguardia que tres días antes de morir, a Sarah, el tercer bebé, le administraron antibióticos por una infección respiratoria. Y que la última en fallecer, Laura, había tenido fiebre antes de perecer. En la autopsia le detectaron una infección del corazón: miocarditis. “La fiebre, una infección, incluso la misma miocarditis, pueden
Científicos como Carola García de Vinuesa defienden que los pequeños murieron por causas naturales
ser desencadenantes de muerte súbita en pacientes con arritmias cardiacas genéticas”, subrayaba Vinuesa.
Para esta inmunóloga, los dos primeros bebés, Caleb y Patrick, murieron porque estaban enfermos. El primero nació en 1989 con laringomalacia (laringe flácida) que le dificultaba respirar y tragar simultáneamente. Solo logró sobrevivir 19 días. Falleció a causa del síndrome de muerte súbita del lactante. El segundo, que nació en 1991, falleció a los ocho meses durante un ataque epiléptico. Con solo cuatro meses de vida, sufrió una epilepsia severa y ceguera.
“Los patólogos forenses ya dijeron que estas dos muertes fueron naturales porque los niños estaban enfermos”, relataba Vinuesa, que ahora no puede hablar con este diario al ser parte de la revisión del caso.
La investigación fue reabierta a raíz de una carta enviada en marzo del 2021 por cerca de un centenar de científicos –incluidos dos premios Nobel– para solicitar el indulto y la liberación inmediata de Folbigg a la gobernadora general de Nueva Gales del Sur, Margaret Beazley.●