División republicana ante Trump
La fragmentación y la profusión de candidatos dificultan el relevo del expresidente
“Hombre de Florida hace anuncio”. Así tituló el miércoles el tabloide conservador The New York Post, del grupo Murdoch, su noticia de portada sobre el pomposo acto en que Donald Trump había anunciado su candidatura a las presidenciales del 2024, la noche anterior, en su residencia de Mara-lago, Florida. La sardónica frase remitía a la correspondiente información interior, nada menos que en la página 26 del diario. No cabía humillación mayor para el exmandatario ultra desde un medio de la derecha estadounidense.
Dirigentes y medios de todos los colores están vendiendo ya la piel de Trump en vista de los decepcionantes resultados de sus candidatos clave en las elecciones legislativas a medio mandato del 8 de noviembre. Pero, tal como algunos analistas conservadores advierten, los republicanos que quieren pasar la página Trump están divididos. Y la profusión de dirigentes del Partido Republicapara no dispuestos a disputarle la candidatura en el 2024, o que al menos se dejan querer y no niegan que lo estén planeando, puede dificultar una alternativa al todavía líder de la formación, quien además ha tomado ventaja en la carrera al anunciar ya su opción ante potenciales electores y donantes.
El expresidente republicano de la Cámara de Representantes (del 2015 al 2019) y candidato a vicepresidente del Gobierno en el 2012, Paul Ryan, expuso tal riesgo durante una reciente entrevista en el canal de podcasts de la consultora Teneo, de la que es el número dos. Aunque opinó que al final los republicanos propondrán un candidato de “consolidación”
catalizar una alternativa a Trump, lo que a su juicio está hoy sobre la mesa es la posibilidad de una dispersión excesiva de competidores, como ocurrió en el 2016 a beneficio de quien se convertiría en presidente al vencer a la demócrata Hillary Clinton: “El problema es que –de nuevo en el 2024– haya demasiados candidatos y eso diluya el voto notrump”, dijo Ryan pese a su confianza en que el expresidente “no será” el aspirante final del partido.
Pero también en este punto hay quien, dentro de la derecha estadounidense, piensa lo contrario. Por ejemplo, el analista conservador Kevin Williamson señalaba el martes en The New York Times que Trump “no es un candidato tan débil como muchos podrían esperar o desear” y de hecho “lo más probable” es que el partido y los votantes lo elijan a él como aspirante. Williamson aducía que la formación republicana es “un desastre sin ningún sentido político”; una organización “dividida por amargas recriminaciones y rivalidades entre facciones” que configuran “el ambiente perfecto” para el exmandatario.
Hoy por hoy, Trump es el único candidato registrado como tal en las filas republicanas. El resto de posibles aspirante lo son supuestamente, bien porque de hecho están haciendo campaña, o bien porque dan señales por activa y por pasiva de que se disponen a postularse.
El hecho es que en los medios del país proliferan las listas y los rankings de eventuales candidatos. Todos ellos aparecen liderados por el ultraconservador y recién reelecto gobernador de Florida, Ron Desantis, reforzado por su aplastante victoria ante el demócrata Charlie Crist en las midterm del pasado día 8 por casi 20 puntos de diferencia.
El exvicepresidente Mike Pence, el gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, y el senador por Carolina del Sur, Tim Scott, suelen seguir a Desantis en esos listados de probables postulantes al 2024. Pero detrás de ellos suelen darse al menos media docena de nombres; como poco hasta completar un top ten. Y Trump, encantado. •
Los medios difunden largas listas de aspirantes a disputar al líder la candidatura republicana al 2024