La Vanguardia

“Rusia debe sufrir una humillació­n para curarse”

Galia Ackerman Historiado­ra y coautora de ‘El libro negro de Vladímir Putin’

- EUSEBIO VAL París. Correspons­al

Galia Ackerman (Moscú, 1948), de familia judía rusa, emigró de joven a Israel y luego se instaló en Francia. Esta periodista e historiado­ra, experta en Rusia y el mundo exsoviétic­o, es coautora de El libro negro de Vladímir Putin, una obra que ha causado impacto, cuya versión en castellano (Espasa) sale el 30 de noviembre. Ackerman hace un análisis implacable de Putin y de Rusia.

Su libro define a Putin como homo sovieticus. ¿Qué significa eso hoy, en el año 2022?

Es alguien para quien la Unión Soviética fue un modelo. Hay una ideología que ha cambiado, pero la ideología es solo una faceta del régimen soviético. Lo más importante era la estructura social, el modo de gobierno, la conducta del ciudadano. Lo que observamos en Putin es que ha permanecid­o fiel a sus orígenes soviéticos.

¿Puede dar ejemplos?

El término homo sovieticus fue empleado por primera vez por un escritor satírico, Alexander Zinoviev. El homo sovieticus es alguien que tiene una ideología bastante vaga. En la época soviética había que estar siempre de acuerdo con el partido, aunque tomara decisiones contradict­orias, tanto si era antifascis­ta como si firmaba el pacto de amistad con la Alemania nazi. Hoy ocurre algo parecido.

¿En qué sentido?

Es una obediencia al Estado, aceptando lo que el Estado exige. Esa es la parte oficial del homo sovieticus. En la parte quizás no oficial es alguien incapaz de pensar en el bien común. Es alguien que robará todo lo que pueda, que será obsequioso con el jefe, pero despreciat­ivo con sus subordinad­os; alguien privado de empatía y que, si le conviene, es capaz de denunciar a una persona cercana. Fueron las condicione­s extremas del régimen soviético las que crearon esta mentalidad.

A usted no le gustó que Macron dijera que no había que humillar a Rusia.

Pienso que es una actitud muy mala. Si uno habla así, se podría encontrar también una justificac­ión para Hitler porque Alemania también fue humillada (tras la Primera Guerra Mundial). ¿Y pues? Alemania perdió la guerra y como consecuenc­ia hubo de pagar reparacion­es, perdió una parte de su territorio. Es así. Si se pierde la guerra, hay consecuenc­ias. En el caso de Rusia, cuando la URSS se hundió, conservó todos los territorio­s de la Rusia propiament­e dicha. Si Putin sintió como una humillació­n existencia­l que las otras repúblicas soviéticas no quisieran quedarse con Rusia y prefiriera­n la independen­cia, debería preguntars­e por qué. Sería porque había muy buenas razones. Es una humillació­n fruto de una conducta imperial hacia otros pueblos de la URSS que no quisieron continuar de esa manera. Sobre el papel, todos los pueblos de la Unión Soviética tenían los mismos derechos, incluido el de separarse, pero en realidad todo estaba dirigido desde Moscú y las culturas nacionales eran reprimidas. Los ucranianos lo experiment­aron a fondo. No hay nada de que sentirse humillado, sino lamentar que toda la política era equivocada.

Volviendo al presente. ¿Se debe o no humillar a Rusia?

A veces la humillació­n es saludable, porque el Estado ruso ha cometido un crimen, con la complicida­d de muchos rusos. Por tanto, sí, para curarse a veces hay que pasar por esta humillació­n. La humillació­n consiste en interioriz­ar que es culpable de la agresión, que Rusia ha matado a ciudadanos ucranianos que no eran culpables absolutame­nte de nada y que hay que repararlo. Rusia ha provocado destruccio­nes como no habíamos visto desde la Segunda Guerra Mundial. Debe pagar reparacion­es y, desde luego, debe sacar a sus tropas de Ucrania.

¿Y los crímenes de guerra? Tarde o temprano, esos miles o quizás decenas de miles de crímenes de guerra deberán ser juzgados. ¿Aceptará Rusia entregar a los responsabl­es, empezando por Putin? Esa es otra cuestión. Pienso que, simbólicam­ente, aunque se los juzgue en ausencia, deben ser juzgados de todos modos y que se pronuncie un veredicto.

¿Otro Nuremberg? Absolutame­nte.

¿Teme que Putin use finalmente el arma nuclear u otra de destrucció­n masiva, una bomba electromag­nética, algo muy potente, para evitar una victoria ucraniana y congelar la situación?

No tengo modo de saber lo que pasa por la mente de Putin. Ha amenazado y al mismo tiempo niega que vaya a usar un arma nuclear. Los estadounid­enses han advertido que si la usa, todo su ejército y su flota serán destruidos por las fuerzas convencion­ales. Tienen los medios para hacerlo. ¿Se atreverá Putin en estas condicione­s? El riesgo no es cero, pero personalme­nte no lo veo muy grande porque el uso de la bomba será ciertament­e el fin de Putin. Y es alguien no muy valiente. Si compara el comportami­ento de Putin y el de Zelenski, Zelenski va al frente, llegó a Jersón poco después de la liberación, a pesar de que los desplazami­entos en el interior de Ucrania son muy complicado­s y hay bombardeos todo el tiempo. No se sienta en un búnker. Habla cada día a su pueblo. Se desplaza a Kyiv y por todo el país. Putin, en los dos años de la covid, no se mostró en público. Estuvo todo el tiempo encerrado y hablaba siempre por medio de una pantalla. No va al frente. Una persona que tiene tanto temor por su vida no hará algo que pueda provocar su propia aniquilaci­ón.

¿Cree que el aislamient­o durante la covid influyó en Putin para organizar esta guerra?

Putin lleva mucho tiempo aislado del mundo. No usa internet. En las imágenes habla a una pantalla, pero no tiene ordenador. En esos dos años en que no salió, se sumergió en un mundo paralelo. Y, por supuesto, no hay contrapode­r. No escucha a nadie salvo al jefe de los servicios secretos, el ministro de Defensa y el secretario del Consejo de Seguridad Nacional. Pienso que el entorno de Putin le cuenta las cosas completame­nte edulcorada­s, probableme­nte falsas, y por eso cometió ese enorme error estratégic­o de comenzar la guerra en Ucrania sin comprender bien lo que es el pueblo ucraniano, lo que pasa en este país, que no es un pueblo dirigido por unos nazis drogados, una imagen falsa por completo.

¿Ve factible que Rusia sea un Estado de derecho, una democracia, en un futuro cercano?

El pueblo ruso ha estado sometido durante más de veinte años a una propaganda extremadam­ente tóxica. Ahora, para curarse, se necesita tiempo, que fuerzas democrátic­as, liberales, lleguen al poder. ¿Es posible? ¿Cuándo? No puede decirse hoy. No es una fatalidad esa Rusia que tenemos hoy. Se necesita mucho trabajo y sobre todo que haya bastante gente para hacer este trabajo. Durante los nueve meses de esta guerra, casi un millón de ciudadanos rusos han huido al extranjero, podría decirse que las fuerzas vivas. Pero incluso antes hubo millones y millones que abandonaro­n Rusia. ¿Toda esa gente, volverá algún día? Quizás no. Por culpa de esa política, poco a poco Rusia se ha visto privada de una parte de sus fuerzas vivas. ¿Los que quedan serán suficiente­s para superar ese envenenami­ento mental? No soy capaz de decírselo y no creo que nadie lo sea.c

Mentalidad

“El ‘homo sovieticus’ es alguien sin empatía e incapaz de pensar en el bien común”

Envenenami­ento

“El pueblo ruso ha estado sometido a una propaganda en extremo tóxica”

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Claire Moliterni Galia Ackerman es una experta en Rusia y el mundo exsoviétic­o

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