Cuando no se entiende la palabra
Romeo Castellucci denuncia el vacío de la comunicación actual en ‘Il Terzo Reich’
Romeo Castellucci ha vuelto a Temporada Alta para bombardear al público con un alud de palabras hasta convertirlas en incomprensibles. Es su instalación Il Terzo Reich, que estrena en España en el festival de otoño de Girona. El director teatral italiano nunca deja indiferente a nadie. Si el pasado año golpeó al público gerundense con Bros, aquella pieza teatral donde los agentes de policía se convertían en una uniformidad abrumadora, ahora son las palabras las que abruman al público.
Pero no porque sean palabras duras, soeces o insultantes. Son sustantivos normales y corrientes, como cosa, hueso, ley (los tres primeros), hasta víctima, fruto, horizonte (los tres últimos). En medio, una sucesión de miles de palabras cada vez a un ritmo más trepidante, hasta el punto de que el espectador solo capta alguna de vez en cuando, pero no tiene tiempo a comprenderla, a interpretarla, a digerirla. El sonido atronador, con una percusión que va cambiando de ritmo subrayando las palabras, se convierte en una tortura casi insoportable para el espectador hipnotizado por la proyección infinita.
Antes del alud de palabras, la bailarina y coreógrafa Gloria Dorliguzzo introduce el espectáculo con la escucha, con el intento de comprender esta comunicación cada vez más incomprensible. El sonido que acompaña a las palabras proyectadas en un espacio totalmente a oscuras llega a un punto hiriente, como un martillo neumático. No en balde el público recibe unos tapones de silicona para los oídos cuando entra en la nave de la antigua iglesia que es hoy el Centre Cultural La Mercè, como ya se repartieron también el año pasado con el espectáculo Bros.
La instalación de Castellucci es uno de los platos estrella de esta semana que Temporada Alta dedica a la creación contemporánea y que sirve de convite a los programadores y profesionales de las artes escénicas para visitar Girona y descubrir lo que se cuece en el mundo del espectáculo.
Ayer por la tarde, también se pudo disfrutar de la danza de Los perros en el teatro de Salt, el espectáculo de Led Silhouette y Marcos Morau en el que los bailarines Jon López y Martxel Rodríguez devienen canes que se aman, discuten, se pelean, en un coloquio propio del mismísimo Cervantes.
Y de las palabras incomprensibles a las piedras que hablan. Por la noche fueron Azkonatoloza los que dieron voz a la geología en la pieza Canto mineral, en la sala La Planeta. Estos seres inertes también son criaturas crea
El sonido llega a un punto hiriente, como un martillo neumático
das por Dios, según la propuesta de Laida Azkona Goñi y Txalo Toloza-fernández.
Después de acercarse a Brossa y Verdaguer en sus espectáculos anteriores, ahora Cabosanroque lo han hecho con Rodoreda. Pero con una Rodoreda actualizada, fusionada con Svetlana Alexiévich, en Flors i viatges. Pero habrá que esperar a la próxima crónica para saber más detalles de todo lo que hierve en el festival de otoño de Girona.n