Mossos d’esquadra, la policía que garantiza derechos y libertades
Alena: “La policía no es reacción, solo protección del ciudadano”
Responsabilidad Los agentes ya trabajan con un nuevo protocolo para los casos de desalojo
Acceso a un hogar Hay que pensar en nuevos modelos de vivienda, como el cooperativo
En los últimos seis años en Catalunya se han ejecutado 73.700 desahucios. En un 20 por ciento de los casos estaban presentes los Mossos d’esquadra y en 600 ocasiones hubo incidentes.
Para revertir situaciones como esta, el cuerpo policial ha puesto en marcha un nuevo protocolo de actuación que apuesta por incrementar todavía más la mediación y evitar la actuación de los agentes. Una apuesta clara que no solo se centra en los modelos operativos en relación con la vivienda sino que abre foco y pretende cambiar el modelo policial. ¿El objetivo? Conseguir que la policía catalana sea más democrática y social. Que sea la policía que la sociedad necesita.
Los desahucios o los desalojos son la parte más visible del problema del acceso a la vivienda, la más mediática. Pero detrás hay un fracaso colectivo que tiene un largo recurrido. Es evidente que antes de llegar a esta situación extrema hacen falta más políticas para garantizar el derecho a tener una vivienda digna a toda la ciudadanía, uno de los pilares del Estado del bienestar sobre los que no se ha fijado lo bastante la mirada. Seguramente porque tenemos históricamente una política de vivienda que viene del periodo franquista y que fomenta la propiedad privada, accesible para las clases medias y altas. A partir del año 2000 hay un cambio de paradigma, con la ley 18/2007 del Derecho a la Vivienda, pero el daño ya estaba hecho. El año siguiente, en el 2008, estalla la crisis económica y desde entonces estamos atrapados en una emergencia habitacional que no hemos superado. La última década, las administraciones se han centrado en resolver la emergencia, como tenía que ser. Pero no se ha planificado a largo plazo. Y aquí es donde estamos. Las políticas de vivienda tienen que ser de largo recorrido, y hacen falta recursos y paciencia.
Del problema del acceso a la vivienda y del nuevo modelo de actuación de los Mossos d'esquadra en este sentido se ha hablado este jueves en el Catalunya Futur con el conseller de Interior, Joan Ignasi Elena; con Núria Valls, secretaria de Infància, Adolescència i Joventut del Govern; con Rosa Bosch, miembro de la Jefatura de los Mossos; con Alba Alfageme, psicóloga especializada en victimología, y con Jordi Bosch, experto en políticas de vivienda. Todos tienen claro que en materia de vivienda hay que situar a las personas en situación de vulnerabilidad en el centro.
El conseller Elena ha recordado que “los Mossos no desahucian, no estamos hablando de un problema policial. La falta de vivienda es un problema social, un fracaso de la sociedad. La policía es garantía de derechos y libertades, de acompañar a la ciudadanía. Y este tiene que ser el principio que inspire la actuación policial. La prevención, la mediación, esta manera de entender a la policía, es la que evita que haya más incidentes, que haya más delincuencia. En cambio, la reacción, la policía que no hace previsión, hace sociedades más injustas”.
Con el nuevo protocolo de los Mossos d'esquadra se unifica la manera de actuar por todo el país en casos de desahucios y desalojos. “Ponemos la antena en todo el camino previo que ha habido antes de llegar a esta situación límite. Desde los Mossos hacemos un seguimiento previo de los casos para intentar que las personas en situación de vulnerabilidad no queden a la intemperie”, ha remachado Elena. Justamente, Núria Valls explica que desde la DGAIA “estamos trabajando para que ninguna familia con niños sea desahuciada. Tenemos que poner el foco en la protección de estos menores. Y nos preocupa cuando los desahucios no se hacen en el terreno público, sino desde el ámbito privado, es decir, cuando se encarga una empresa o un grupo contratado por otros. Aquí no tenemos control de nada”. En este sentido, la intendente Rosa Bosch ha explicado que los Mossos son una policía “centrada en la persona. Tenemos el modelo de atención a la víctima especializado. Tenemos un modelo
Objetivo social El Govern observa que la falta de hogares no es un problema policial, sino de la sociedad
policial victimocéntrico, en el que la persona es el centro de atención. Por ejemplo, en un desahucio analizamos el tipo de ocupación, si hay menores o personas vulnerables. Y solo actuaremos cuando haya algún tipo de alteración de la seguridad pública”.
Los desahucios, como la pobreza en general, tienen rostro femenino. La psicóloga Alba Alfageme insiste en que “es imprescindible que las políticas de seguridad pública incorporen la perspectiva de género. Es hacer un cambio estructural en la cultura organizativa que pasa no solo por feminizar el cuerpo de Mossos, como ya se está haciendo, sino también por entender y definir la seguridad pública desde esta mirada”. Y aquí, según Alfageme, es importante un cambio en el lenguaje y en el imaginario colectivo. “Tenemos que hablar de personas en situación de vulnerabilidad y no de personas vulnerables. Para romper la idea de que se trata de una situación permanente. Cualquier día nosotros nos podemos encontrar en una situación de desahucio. Porque, si no hay una conexión entre una sociedad civil con unas necesidades y los cuerpos policiales, llegará un momento en que el Estado del bienestar entrará en crisis”.
Los desahucios o los desalojos esconden todo un impacto emo
Seguridad y libertad
El cuerpo policial catalán está en un momento de apertura y acercamiento social
cional. Es la sensación de fracaso ante tu vida cuando están a punto de quitarte tu casa. “Eso dinamita la identidad, se puede entender como una catástrofe personal. Hay un gran impacto personal y físico que, muy a menudo, olvidamos y que puede acabar en suicidios. Porque nuestro hogar es nuestro refugio, un espacio donde podemos construir vida, y es muy difícil que no te rompas por dentro”, advierte Alfageme.
¿Cómo se puede revertir esta situación? ¿Qué pueden hacer las administraciones para evitar llegar a la situación extrema de tener que desahuciar a alguien? Jordi Bosch lo tiene claro: más ayudas directas al pago del alquiler, “porque nuestro gasto es ocho veces inferior a la media europea. Se tiene que trabajar desde la Generalitat y los ayuntamientos para planificar a largo plazo, porque las políticas de vivienda son lentas”. Si nos reflejamos en otros países europeos, constatamos que estamos lejos de conseguirlo: aquí tenemos un 1,7 por ciento de pisos de alquiler social. En Viena, el paraíso en esta materia, la cifra asciende hasta el 60 por ciento. En los Países Bajos rozan el 30 por ciento, y en Francia, el 17 por ciento. “Tenemos que entender que el derecho a la vivienda es una pata importante del Estado del bienestar”, recuerda Bosch. Según sus pronósticos, hasta dentro de veinte años no tendremos entre un 7 o un 8 por ciento de pisos destinados al alquiler social.
Toda esta amalgama de verdades y errores nos obliga como sociedad a introducir cambios. Los Mossos ya se han puesto con los nuevos protocolos de actuación en casos de desahucios o desalojos. Pero también hay que pensar en nuevos modelos de vivienda, como el cooperativo. Actualmente, ya hay proyectos en marcha en ciudades como Barcelona, Valls o Martorell. Jordi Bosch apunta que “es una manera de acceder a una vivienda de forma asequible, pero todavía no tiene un gran impacto en el sistema de vivienda catalana. Es una semilla. En países como Uruguay es una solución. En Catalunya tenemos que encontrar todavía nuestro modelo de bienestar en materia de vivienda”.
La dicotomía entre seguridad y libertad es clave. Los Mossos d’esquadra están en un momento de apertura, y es importante aprovecharlo para que haya acercamiento a la ciudadanía y para caminar hacia la transparencia de los cuerpos policiales. ●