Asuntos de familia en Qatar
Ferran Torres lleva con “naturalidad” trabajar con Luis Enrique, su ‘suegro’
El cuartel general de España en Doha sigue siendo un remanso de paz. Los entrenamientos transcurren con una intensidad máxima y la selección ya empieza a coger velocidad de crucero a pocos días de su estreno en el Mundial. Pero cuando acaba el trabajo sobre el verde es cuando de veras se refleja el inmejorable clima que se vive en el vestuario, donde un pequeño grupo de veteranos se mezcla a la perfección con un nutrido pelotón de jóvenes. “Nuestra fortaleza es el grupo, somos un equipo muy compacto con mucha hambre y ganas de demostrar cosas”, reivindica Ferran Torres (Foios, 2000), uno de esos futbolistas cuyas cualidades parecen apreciar mucho más los entrenadores que los aficionados.
Los últimos meses del atacante valenciano no están siendo fáciles. No le salen las cosas en el Barça, donde ha dejado de ser pieza fundamental para Xavi y la feroz competencia en su puesto le está quitando protagonismo, aunque batalla a diario para revertir la situación. Señalado por buena parte de prensa y afición, a veces con más razones que otras, la confianza parece haberle abandonado hasta tal punto que hace un tiempo decidió ponerse en manos de profesionales para salir del bache. “Estoy jugando menos con mi club. Empecé la temporada con una lesión en el pie y eso me ha lastrado un poco pero las sensaciones son mucho mejores en el último mes. Además, el Mundial puede marcar un antes y un después. Es un torneo de nivel global del que todo el mundo está pendiente”, subrayaba ayer.
De ahí que las llamadas ininterrumpidas de Luis Enrique desde su debut con la selección española en septiembre del 2020 le sirvan para recargar las pilas y refrescar la cabeza. Y eso que no está exento de críticas con la roja, esa es una lacra con la que intenta aprender a convivir. Pero la última convocatoria es de las que hacen olvidar cualquier cosa, viajar a Qatar y disputar su primer Mundial. Ahí es nada.
Vestido de rojo, Ferran Torres recupera la sonrisa. Es el máximo goleador de la era Luis Enrique y es un fijo en sus alineaciones. Su rendimiento sobre el césped apaga el morbo exterior. Dentro del vestuario la situación despierta más risas que otra cosa. Es el yerno del seleccionador, la pareja de su hija Sira. “¿Mi prolongación en el campo? ¡Ferran Torres! Si no lo digo, mi hija me corta la cabeza…”, respondía cómico el seleccionador en su emisión por Twitch del sábado. “Fue una cosa del directo, el míster es muy bromista. No me pone
Luis Enrique y yo sabemos diferenciar las cosas, todo es muy natural”
El Mundial puede marcar un antes y un después, todo el mundo está pendiente”
La fortaleza de España es el grupo, tenemos muchas ganas de demostrar” Ferr+n Torres
presión para nada”, respondía el interpelado. “El míster y yo sabemos diferenciar las cosas, cuando estamos en familia y cuando estamos trabajando. Lo llevamos bien, de forma muy natural”, desvelaba más en serio el propio Torres, en el centro de prensa de la selección española en la Qatar University.
El delantero de Foios se ha propuesto aislarse en Qatar. Vivir tranquilo y centrarse únicamente en el juego, olvidándose de todo lo que le rodea. Intenta esquivar a los medios como puede, batallando (amigablemente) con el departamento de prensa de la RFEF. Por eso, su presencia ayer en la sala de prensa fue toda una sorpresa, propiciada por los trámites burocráticos con la FIFA que tuvo que superar Alejandro Balde, el elegido inicialmente para dar la cara ante los medios.
Ferran Torres no disimuló ni un ápice sus intenciones. Habitualmente risueño, se sentó en el estrado con el rostro muy serio y así se mantuvo en todas sus respuestas. Eso sí, no esquivó ninguna, ni siquiera la de su suegro.
A pesar de que las sensaciones indican lo contrario, sus números en lo que va de temporada no son nada malos para un extremo. Ha anotado cinco goles en 18 partidos. Aun así está en el punto de mira. “No tengo que meter goles, soy extremo y doy asistencias. También estoy muy involucrado en tareas defensivas”, concluía.c