¿Salvar a las qataríes?

Aeste ritmo informativo, el colectivo de

kellys –las trabajadoras de la limpieza de los hoteles, sinónimo de salarios bajos– terminará por expresar su apoyo a las mujeres de Qatar.

Y todo porque las qataríes estudian –dos de cada tres universitarios son mujeres– o no trabajan, y matan el tiempo libre con vida social y compras en centros comerciales lujosos, gracias a que el ingreso mensual de un hogar no baja de 20.000 euros, y vivienda, luz, sanidad o educación van aparte y corren a cuenta del Estado.

¡Hay que salvar a las mujeres de Qatar, que no gozan del derecho a trabajar por menos de mil euros al mes e ignoran la angustia de pagar las facturas o la necesidad de acudir a Cáritas para que sus hijos coman caliente!

Como da igual ocho que ochenta, el buenismo le ha pillado el gustoa salvar a las mujeres de Qatar de su trágico día a día, sin distinguir que ni son afganas ni son iraníes, mientras que en las playas de Catalunya vemos cada verano a niñas musulmanas cubiertas de arriba abajo, a diferencia de sus hermanos, sin que ningún organismo se atreva siquiera a condenar tan ostensible –y kilómetro cero– discriminación.

Qatar no es la Arabia Saudí wahabí, ni el Afganistán oscurantista ni la teocracia iraní –donde ya ahorcan a buen ritmo para sofocar la rebelión feminista, digna de más atención y protestas–. Ya sé que Qatar mantiene leyes discriminatorias contra las mujeres, hecho inaceptable que –cabe confiar– será revertido por el progreso, que no la occidentalización, porque Qatar ni está en Occidente ni es Occidente. Y tampoco estoy muy seguro de que sueñen con ser occidentales.

¿Podemos admitir, al menos, la posibilidad de que las mujeres de Qatar vivan satisfechas de un modo tradicional y sin ahogos? Luchar por sus derechos es como si Europa hubiese protestado por las condiciones de vida de las marquesas en la España de Franco...

Ninguna mujer debería ser discriminada, pero el mundo y la vida son imperfectos. Si las qataríes percibiesen nuestras inquietudes por su situación, creerían que estamos de cachondeo.c

Si las qataríes percibiesen nuestros desvelos por su situación, se reirían