Francia abre la vía para el blindaje constitucional del derecho al aborto
Luz verde de la Asamblea Nacional, pero falta convencer a un Senado reticente
La Asamblea Nacional francesa dio ayer un primer paso, muy importante pero aún no definitivo, para blindar el derecho al aborto en su Constitución. La propuesta de enmienda en la Carta Magna recibió 337 votos a favor, 32 en contra y 18 abstenciones. Falta todavía el Senado, de mayoría conservadora y reticente al proyecto, por lo que el cambio constitucional puede tardar todavía mucho en materializarse.
La aprobación fue posible gracias al súbito acuerdo alcanzado entre los promotores de la modificación, el partido La Francia Insumisa (LFI, izquierda radical), liderado por Jean-luc Mélenchon, y la mayoría centrista y de centroderecha que apoya al presidente Emmanuel Macron. El artículo 66 de la Constitución de 1958, que protege frente a la detención arbitraria y encomienda a la autoridad judicial velar por ello, deberá ser ampliado para incluir esta frase: “La ley garantiza la efectividad y el acceso equitativo al derecho a la interrupción voluntaria del embarazo”.
Votó a favor una mayoría de los diputados presentes del Reagrupamiento Nacional (RN, extrema derecha). Su líder, Marine Le Pen, es una firme defensora del derecho al aborto. Los Republicanos (LR, derecha), entre los que figura un sector proclive al catolicismo más conservador, se dividieron. Estos partidos habían criticado a LFI por juzgar una pérdida de tiempo abordar esta modificación constitucional, al entender que el derecho al aborto está muy consolidado en Francia y nada lo amenaza.
Los impulsores del blindaje constitucional del aborto sostienen, sin embargo, que es necesario este paso para evitar en el futuro cualquier tentación involucionista, como ha sucedido con el Tribunal Supremo de EE.UU. y en algunos de sus estados más conservadores, o en países europeos como Hungría o Polonia.
El ministro de Justicia, Éric Dupond-moretti, se congratuló de un “voto histórico” que es “un gran honor” y “una gran emoción”, pues se trata de salvaguardar un derecho fundamental. Según él, esta iniciativa legislativa era “más que necesaria en estos tiempos agitados”.
El texto aprobado no incluye la pretensión inicial de LFI de incluir también el derecho a la contracepción. Fue una concesión en aras del compromiso. Pero en el Senado, la Cámara Alta, donde dominan Los Republicanos, la enmienda tiene pocas posibilidades de prosperar, salvo que haya un cambio de actitud. Ya fracasó una
propuesta similar el pasado 19 de octubre. Siendo una enmienda constitucional, necesita ser aprobada, en términos idénticos, por las dos cámaras, para luego someterse a referéndum popular. Si el Gobierno toma la iniciativa con otra propuesta, podría salir adelante, aunque llevará tiempo, quizás varios años.
La cuestión del aborto, legalizado en 1975 durante la presidencia de Giscard d’estaing, suscita un amplio consenso en Francia. La llamada ley Veil (por la entonces ministra de Sanidad, Simone Veil, superviviente del Holocausto) fue considerada un gran avance social. Incluso la Iglesia va con cuidado en sus críticas. Un sacerdote de la diócesis de Saint-dié, en la región de los Vosgos, fue sancionado esta semana por comparar, durante una homilía, el número de abortos al de muertos durante la Primera Guerra Mundial. La diócesis hubo de aclarar que el rechazo católico al aborto sigue vigente, pero, en nombre de la causa, no son en absoluto admisibles determinados paralelismos.c