Violencias verbales
Los resúmenes de las sesiones parlamentarias del Congreso de Diputados no deberían poder emitirse en horario infantil. Algunos debates son pornografía pura, donde el insulto, la injuria y la palabra soez forman parte del discurso de los parlamentarios. se dirá que las cámaras son el reflejo de las sociedades que representan. Ciertamente, las polémicas de nuestro país en Twitter ocuparían lugares destacados en el ranking de la vulgaridad, las vejaciones e incluso de los delitos de odio. Pero el político tiene entre sus obligaciones preservar las instituciones para las que ha sido elegido, respetar a los oponentes aunque no piensen igual, proponer desde el razonamiento en lugar de dejarse llevar por las emociones.
esta semana hemos oído al diputado del PP víctor valentín Píriz descalificar los presupuestos intentando
En el Congreso, el insulto y el lenguaje tóxico viven un auge insoportable
humillar a la ministra irene montero: “son los presupuestos para mantener a la inútil y soberbia de la ministra de igualdad para que su socio no se eche atrás”. ¿seguro que este es el argumento de un político serio y equilibrado? ¿Cree que con estos términos se descalifica a montero o se desacredita él? Al día siguiente, otra joya de la Cámara, Carla Toscano, de vox, subía al estrado para llamarla “libertadora de violadores”, antes de soltarle que el único mérito que tenía la ministra era haber estudiado en profundidad a Pablo iglesias. La titular de igualdad no se quedó atrás y con los ojos enrojecidos señaló a la bancada de vox antes de decir: “¡Les vamos a parar los pies a esta banda de fascistas!”.
en la oratoria clásica, el insulto contra el adversario se consideraba una estrategia débil y equivocada, porque ponía de manifiesto la ausencia de razonamientos convincentes. sustituir los argumentos estructurados e irrefutables por el ruido y la simpleza produce un deterioro de la imagen personal y ética del parlamentario. Pero juraría que a muchos no les importa: estas medianías saben que el insulto vive un auge insoportable y que el lenguaje tóxico ha arrinconado el diálogo. La violencia verbal se está imponiendo en el Congreso y alguien debería decir basta. Por ejemplo, los electores. el trumpismo hace más daño que ningún virus y para eso aún no hay vacunas. •