El exprofesor de los Maristas condenado a 21 años por abusos ya está en la cárcel
Joaquín Benítez, que nunca estuvo entre rejas a pesar de confesar, ha podido elegir prisión
Apurando hasta el último minuto de libertad. Joaquín Benítez, condenado a 21 años de prisión por el caso Maristas y que seguía en libertad a pesar de haber reconocido parte de los hechos, ha ingresado, por fin, en la cárcel. Lo ha hecho más de mil días después de la primera condena dictada, en el 2019, por estos hechos. En estos últimos tres años y pese a la gravedad de su conducta, el exprofesor de educación física ha disfrutado de total libertad.
El Tribunal Superior de Justicia de Catalunya informó ayer que Benítez ingresó de forma voluntaria –pasadas las 20 horas del miércoles– en la cárcel de Puig de les Basses. Un centro penitenciario que él ha podido elegir y que está cerca de la población de Girona donde Benítez se había retirado estos últimos años.
La cuenta atrás para ese ingreso en la cárcel había arrancado el pasado día 14, después de que el Tribunal Supremo confirmara la condena. Ese día se dio a Benítez diez días para que entrara en prisión. La noche del miércoles ese reloj dejaba de correr y el exprofesor se presentó en este centro penitenciario de Figueres. De no hacerlo, se habría dictado contra él una orden de detención.
El día que Benítez acudió a la Audiencia de Barcelona a recoger, en mano, la resolución que le notificaba ese plazo para ingresar en la cárcel, el exprofesor no hizo ninguna declaración. Sí habló, frente a ese sede judicial, el padre de una de las víctimas, Manuel Barbero, impulsor de esta causa que ha llevado a este exprofesor hasta prisión.“no deja de ser paradójico que siete años después de ser detenido, con tantas víctimas, estemos todavía aquí esperando a que se le dé la oportunidad de entrar en prisión”, denunció Barbero.
Benítez fue denunciado por una veintena de exalumnos suyos por abusos y agresiones sexuales, pero al final solo cuatro de esas demandas llegaron a juicio. El resto se archivaron al haber prescrito los hechos, que se remontan a dos décadas atrás.
Las víctimas nunca han entendido por qué se ha tardado tanto en enviar a la cárcel al exdocente, y más después de que admitiera en el juicio celebrado en el 2019 parte de los hechos. La Audiencia de Barcelona ha esperado, para emitir la orden de cárcel, a que el Supremo confirmara su condena de 21,6 años de prisión. Eso ocurrió el pasado 7 de octubre.
Por la vía de responsabilidad civil, la aseguradora de los Maristas ha tenido que depositar 120.000 euros para hacer frente a las indemnizaciones. Aunque en estos casos, el dinero de poco o nada sirve para reparar el infierno vivido.•