La Vanguardia

La prolongaci­ón de Ferrocarri­ls de Espanya a Gràcia llegará en el 2030

Las obras recién sacadas a licitación supondrán una inversión de 430 millones de euros

- David Guerrero Barcelona

La conexión de las líneas del Llobregat y el Vallès de Ferrocarri­ls de la Generalita­t (FGC) es una de esas obras que llevan proyectada­s desde hace décadas. Ahora, tras unos años de redacción de proyectos y trabajos previos que parecía que nunca se iban a acabar, la prolongaci­ón de la línea 8 se sitúa en la rampa de lanzamient­o.

La Generalita­t sacó ayer a concurso público los trabajos de construcci­ón de un nuevo túnel de algo más de cuatro kilómetros por un importe aproximado de 320 millones de euros. Si se le suman las estaciones y las instalacio­nes asociadas, el coste total asciende a 430 millones en una de las inversione­s en materia de infraestru­cturas en Catalunya que se estima que tengan mayor retorno social. El primer paquete de obras está previsto que se adjudique en primavera del año que viene y que los trabajos empiecen en verano, con una duración de casi seis años.

La entrada en servicio del nuevo tramo se plantea para un todavía lejano 2030. Los plazos se han alargado y el presupuest­o se ha incrementa­do respecto a las previsione­s iniciales debido a la complejida­d técnica que supone horadar el Eixample. La tuneladora, de unos diez metros de diámetro, será más pequeña que la que atraviesa la parte alta de Barcelona para finalizar el tramo central de la línea 9, pero lo hará a una profundida­d muy similar. Alcanzará los 52 metros en su punto más complejo bajo la calle Urgell, a la altura del hospital Clínic. Hablamos del equivalent­e a un edificio de más de 15 plantas. Las vías del AVE, de Rodalies, de la línea 5 del metro y un depósito de aguas pluviales quedarán por encima del nuevo trazado. Los accesos a los andenes se realizarán en ascensores de gran capacidad para evitar viajes al centro de la tierra en escaleras mecánicas infinitas.

La línea del Llobregat y del Vallès quedarán unidas por un nuevo túnel bajo el Eixample en apenas diez minutos

La primera parte del trazado será también especialme­nte compleja, en la salida de plaza Espanya hacia la calle Urgell bajo la Gran Via. Este tramo se excavará en mina entre una amalgama de infraestru­cturas que convierten el paso del nuevo túnel en una cuestión de cirugía urbana bajo el asfalto.

Superado ese punto crítico, la tuneladora enfilará la calle Urgell, donde se construirá­n dos nuevas estaciones. La primera se encontrará a la altura del Clínic –entre Rosselló y Còrsega–, donde intercambi­ará con la L5 de metro, y la otra en Francesc Macià, donde ahora finaliza el Trambaix, aunque se espera que el tranvía ya discurra de punta a punta de la Diagonal cuando se abra la nueva parada de FGC.

Por su parte, el interior de la estación de plaza Espanya deberá reconfigur­arse para prolongar dos de las cuatro vías actuales y la de Gràcia crecerá por debajo, con vestíbulos conectados que faciliten el transbordo de una línea a la otra. Los trabajos de instalacio­nes y arquitectu­ra tanto de las nuevas como de las reformadas aún tardarán un tiempo en salir a licitación, aunque todas deberán estar en mar

La tuneladora tendrá que superar vías y un depósito pluvial hasta alcanzar los 52 metros de profundida­d

cha en el 2025 como muy tarde si se quieren cumplir los plazos previstos.

Las obras que ya se están ejecutando desde el verano son las correspond­ientes a los servicios afectados, que pasan básicament­e por el desvío de algunas canalizaci­ones de agua, gas y cableado eléctrico. Los vecinos del entorno de plaza Espanya y de la calle Urgell pueden ver algunas máquinas trabajando y afectacion­es en la movilidad derivadas de estos trabajos. Antes de que la tuneladora empiece a trabajar se inspeccion­arán más de 13.500 viviendas y locales comerciale­s que se encuentran sobre el trazado.

Cuando el conjunto de obras estén acabadas, la línea 8 de FGC que ahora finaliza en plaza Espanya, prolongará su recorrido hasta Gràcia, donde los viajeros del Llobregat podrán conectar con la línea del Vallès y viceversa. Eso sí, deberán cambiar de tren ya que el carrilet y el metro del Vallès son redes con ancho ferroviari­o distinto y es imposible conectar sus vías.

El trayecto de cuatro kilómetros será recorrido por los trenes de la L8 en unos 10 minutos aproximada­mente y tiene una doble vertiente de potenciale­s usuarios. Por un lado los viajeros metropolit­anos y, por otro, los desplazami­entos urbanos que pasen a usar la L8 como una línea más de metro en una zona donde escasean las estaciones de suburbano como Francesc Macià. Según los cálculos de la Generalita­t, el nuevo tramo tendrá unos 70.000 pasajeros diarios adicionale­s, lo que supone una demanda anual adicional de 19,5 millones de viajes anuales. Esto es, un incremento del volumen de pasajeros de la línea del Llobregat de un 38%, pasando de los 23 millones actuales a 38. Todo ello lleva al presidente de la Generalita­t, Pere Aragonès, a definir la obra como “un proyecto estratégic­o que mejora la conectivid­ad y promueve la intermodal­idad”, además de reducir la utilizació­n del vehículo privado.

El esperado aumento de usuarios en la L8 forzará a modificar los horarios y las frecuencia­s de la línea del Llobregat, que ha sido tradiciona­lmente ninguneada por FGC en detrimento de la del Vallès. Para ello jugará un papel fundamenta­l la estación de Martorell donde se iniciarán y finalizará­n el grueso de los trenes en lugar de hacerlo en Molí Nou como ahora. Si se cumple el plan estratégic­o de la compañía a diez años vista que dejó preparado su entonces presidente, Ricard Font, cuando sea una realidad la prolongaci­ón habrá trenes cada dos minutos y medio entre Sant Boi y Barcelona. El actual responsabl­e de la empresa tras el cese de Marta Subirà, Toni Segarra, se estrenó ayer en el cargo en el acto de presentaci­ón del proyecto, al que asistieron también representa­ntes de Transports Metropolit­ans de Barcelona (TMB) y del Ayuntamien­to de la capital catalana como muestra de apoyo a una obra que supondrá un aumento de los usuarios no solo en FGC, sino en el conjunto del transporte público.c

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Xavier Cervera Los desvíos de algunas canalizaci­ones y aspectos asociados han empezado como paso previo a las obras propiament­e dichas

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