La UE se conjura para poner un tope al precio del gas antes de final de año
El rechazo total a la propuesta de la CE abre paradójicamente el camino al acuerdo
Insuficiente para unos, peligrosa para otros, la propuesta de la Comisión Europea para crear un mecanismo de corrección contra las alzas desbocadas del precio del gas cosechó ayer el rechazo casi unánime de los ministros de Energía europeos. Paradójicamente, el denostado texto, que fija el tope en 275 euros por kilovatio hora con unas condiciones de activación casi inalcanzables, abre el camino a un acuerdo europeo en esta dirección.
El hecho de que haya una propuesta legislativa sobre la mesa pone en marcha, al fin, los debates sobre un instrumento que una quincena de países, liderados por España, Francia e Italia, reclaman desde marzo. Y aunque ayer este bloque se plantó y se negó a dar luz verde a otras dos iniciativas de emergencia para afrontar la crisis energética sobre las que ya hay consenso (una sobre medidas de solidaridad y otra sobre el impulso a las renovables) los ministros de Energía europeos se han comprometido a aprobar las tres propuestas en otro consejo extraordinario a finales de año.
A pesar de que la reunión de ayer concluyó sin acuerdos, “lo importante es que todos los ministros se han ido de Bruselas con el objetivo compartido de alinear sus posiciones el próximo 13 de diciembre”, resumió el ministro de Industria checo, Josef Sikela, en nombre de la presidencia del Consejo. Sikela se mostró convencido de que Alemania apoyará finalmente el compromiso y no será necesario aprobarlo por mayoría cualificada. “No me puedo imaginar otra cosa que el consenso, hay demasiado en juego”.
También la vicepresidenta para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que ha calificado de “tomadura de pelo” y “broma de mal gusto” el planteamiento presentado por la Comisión, se declaró optimista sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo el próximo 13 de noviembre, cuando es posible que se convoque el quinto consejo extraordinario de Energía en lo que va de año.
“No tengo duda de que hay que ser razonablemente optimistas y de que primará la solidaridad, unidad y flexibilidad para llegar a un consenso final”, declaró Ribepea ra a la prensa al término de la reunión, satisfecha porque la Comisión Europa haya por fin escuchado la voz de la mayoría y “se ha reequilibrado la agenda”. “Hay países que reivindicaban que se les hiciera caso, que no se les ignorara... Cuando hay 15 estados miembros que piden una propuesta de estas características, merecen ser tomados en cuenta”.
Pese a que rechazan las variables fijadas por la Comisión Euroros para activar el mecanismo de corrección de precios (que el kilovatio hora cotice a más de 275 euros durante dos semanas y un diferencial de 58 euros respecto a los mercados globales, condiciones que sensu stricto no se dieron ni en agosto, cuando la luz alcanzó récords históricos) los gobiernos de España y de Francia se han mostrado agradecidos porque Bruselas haya puesto un documento sobre la mesa. La negocia
España, Francia, Italia y otros países se plantan y aplazan la aprobación del resto de medidas de emergencia europeas
ción sobre los detalles, en adelante, está en manos de los técnicos de los estados miembros.
“Una vez que la Comisión ha presentado su propuesta, ahora no es esta, sino la presidencia del Consejo, quien tiene la capacidad de poder conformar iniciativas que conciten el consenso”, destacó Ribera. A su juicio, el acuerdo podría alcanzarse alrededor de una fórmula que no fije un precio fijo sino una referencia dinámica y no estática”. Una referencia que se vaya adecuando al resto de precios en los mercados internacionales. Mejor así que no fijar un precio tope fijo, que lo que provocaría sería justamente lo contrario de lo deseado y entonces provocar un mayor alza de los precios”, resumió la vicepresidenta.
Los debates de ayer constataron no obstante que hay suficientes apoyos para sacar adelante las otras medidas de emergencia presentadas recientemente por la Comisión Europea, una para fomentar los acuerdos de solidaridad entre estados para evitar apagones, que incluye la creación de una plataforma para hacer compras conjuntas de gas, y otra para agilizar la concesión de permisos para el despliegue de renovables.
El Gobierno alemán concluyó que la propuesta va “en la buena dirección y se declaró “dispuesto a negociar”. Pero “si el techo es excesivo, nos quedaríamos sin abastecimiento” porque los mercados asiáticos serán más atractivos, alertó el secretario de Estado, Sven Giegold. Comienza ahora un intenso periodo de negociaciones técnicas. Si el plan de la presidencia checa funciona, antes de final de año la UE adoptará un nuevo arsenal de medidas para protegerse de la volatilidad y los altos precios del gas de cara al próximo invierno. “No estamos abriendo el champán pero estamos poniendo la botella en la nevera”, resumió con optimismo Sikela.n
“No estamos abriendo el champán pero vamos poniendo la botella en la nevera”, celebra la presidencia de la UE