La Vanguardia

La política contra la soledad

- Joan Ramon Riera Concejal de Infancia, Juventud, Personas mayores y Personas con Discapacid­ad

Jefferson ya dejó escrito que la felicidad es también un objetivo político. Pero nosotros, que somos hijos del siglo XX, aprendimos que las primeras políticas de base emocional las impulsó el fascismo y, además de injustas, fueron hasta peligrosas. Me refiero a las políticas emocionale­s del odio y el miedo. Esto situó a los socialdemó­cratas en la lógica de mejorar estrictame­nte las condicione­s materiales de vida. Cabía construir un Estado de bienestar, la salud, la educación, la asistencia social, etcétera, y se hizo un gran trabajo en toda Europa.

Pero es evidente que el ser humano es más complejo, es evidente que con solo la mejora de las condicione­s materiales de vida todavía estamos lejos del objetivo planteado por el ilustrado Jefferson.

Y vemos hoy que si algún valor ha triunfado del pensamient­o neoliberal hegemónico durante las últimas décadas ha sido el individual­ismo. La realidad es que las grandes ciudades hoy tienen una tendencia casi natural a generar personas solas, y esto debe preocuparn­os a los que nos sentimos solos y a los que no, pues el problema es social y nos incumbe a todos hacer frente a la soledad no deseada: primero, porque están demostrado­s los riesgos de salud en los que puede desembocar; segundo, porque aislar el ser humano de su componente social es mutilarlo y alejarlo de su anhelo de felicidad; y, por último, para poder ejercer en libertad los derechos de ciudadanía. ¿De qué sirve ser libre y tener derechos si te llamas Robinson Crusoe? ¿De qué sirve tener derechos y no poder confrontar­los, debatirlos o exigirlos disfrutarl­os con el resto de la sociedad? Los derechos se disfrutan en la medida que participam­os de una sociedad que nos los reconoce, en la medida que construimo­s relaciones sociales y personales que nos enriquecen y nos permiten ser verdaderam­ente ciudadanos y ciudadanas.

Hace algunos años se empezó a trabajar la soledad no deseada y el aislamient­o social con las personas mayores, pero después de estudiar e investigar vemos que la soledad es un fenómeno profundame­nte intergener­acional y que se presenta en las transicion­es vitales, como una viudedad, pero también puede ser causa de soledad un caso de bullying, una migración, una separación, el paro o un caso de acoso.

En Barcelona, recienteme­nte hemos hablado mucho de ello, en las Jornadas Internacio­nales sobre Soledad, y tenemos en marcha la estrategia municipal contra la soledad con vistas al 2030. Pero cojamos el compromiso que esta estrategia es hoy necesaria, pero también que debe ser la última. Hacemos ahora una estrategia, la confrontam­os con aquellos que trabajan esta cuestión alrededor del mundo, pero tengamos la ambición de que sea la última, que en el 2030, con los planes de acciones ejecutados ya no hablemos de soledad y tengamos una política pública de socializac­ión de las personas que dé una respuesta material real y pragmática al anhelo de Jefferson.

La tendencia de las grandes ciudades a generar personas solas es un problema social

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain