La esencia del fútbol
En una entrevista con motivo del Mundial de fútbol de Qatar, el futbolista Edinson Cavani manifestó: “Uruguay mantiene la esencia que el fútbol moderno te quita”. Esta revelación nos permite constatar que la condición humana ha cambiado y no precisamente para bien. El Mundial de Qatar es la demostración del desplazamiento del fútbol entendido como deporte al fútbol entendido como espectáculo; del fair play en el campo a la corrupción en los despachos y la muerte de miles de migrantes que perdieron su vida construyendo los estadios donde ahora mismo se están celebrando las victorias de las selecciones.
Mantener la esencia del fútbol supondría que el amateurismo reinaría donde ahora lo hace la hiper profesionaliza ción;supond ría que el amor a los colores de la selección sería más importante que lograr ganar títulos o batir récords personales. Sin proponérselo, Edinson Cavani obliga a preguntarse cómo es posible que los valores que se defienden en el campo de juego, como son la entrega, la integridad, jugar limpio y el compañerismo, que son la esencia del espíritu deportivo, los jerarcas de la FIFA los substituyan por los del engaño y la corrupción para conseguir objetivos económicos. Cuando se dé el pitido final en la final del Mundial de fútbol de Qatar del 2022, los 8.000 millones de personas que hoy pueblan el planeta se verán obligados a recordar, al mismo tiempo, el nombre de la selección ganadora y el escalofriante dato que ofreció
The Guardian: que han muerto cada semana una media de doce trabajadores desde el 2010 para hacer posible este Mundial.
La visión de Cavani, contrariamente a los que pueden pensar que está hecha desde una concepción romántica de defensa del fútbol y de la vida, lo que proyecta es rebeldía y reivindicación a no perder la esencia del deporte, pero también tristeza por una manera de entender el fútbol que está desapareciendo. Es la tristeza del deportista que en el mismo instante que, junto a sus compañeros, busca con tesón e ilusión ganar el partido se da cuenta, mientras ve rodar la pelota, de que deberá aprender a renunciar a sus ideales deportivos para seguir jugando a este fantástico deporte. •