La Vanguardia

La hambruna asesina del Holodomor

Ucrania y otros países vinculan la actual guerra de agresión rusa con la mortandad por inanición que orquestó Stalin

- MARÍA-PAZ López larlín. Corraspons­al

Los horrores históricos adquieren a veces nuevos contornos de significad­o ante acontecimi­entos del presente. Ucrania conmemora hoy el 90.º aniversari­o de uno de los peores crímenes de masas del siglo XX, el Holodomor (en ucraniano, matar por inanición), la hambruna orquestada por el dictador soviético Iósif Stalin para someter a los campesinos y forzar así la colectiviz­ación de sus tierras.

Ucrania formaba entonces parte de la URSS, y entre 1932 y 1933 murieron de hambre 3,8 millones de ucranianos, si bien otras estimacion­es elevan la cifra de muertos a entre siete y diez millones. El aparato del Estado requisó cosechas de cereal, confiscó alimentos casa por casa, e impidió viajar en busca de comida, condenando así

a la población a morir de hambre.

En la actualidad, tras nueve meses de guerra rusa contra Ucrania, este país y muchos de sus aliados establecen relaciones entre aquel terrible acontecimi­ento y la invasión rusa lanzada por Vladímir Putin. El objetivo, aducen, sería en ambos casos el mismo: negar a la nación ucraniana el derecho a existir y a decidir su camino.

Sofocado en el olvido durante la época soviética y recuperado poco a poco para la memoria histórica a partir de la independen­cia de Ucrania en 1991, el Holodomor fue reconocido como genocidio en el 2006 por el Parlamento ucraniano, que confirmó “el cuarto sábado de noviembre” como fecha de conmemorac­ión anual. Ese día los ucranianos depositan velas encendidas y espigas de trigo en memoriales a las víctimas.

Ucrania hace campaña hace años para que el Holodomor sea reconocido internacio­nalmente como genocidio. Una quincena de

países así lo reconocen, entre ellos Polonia, los países bálticos, Canadá, Australia, México, Brasil y el Vaticano. Otros lo tildan de crimen contra la humanidad, en general con el argumento de que la acción de Stalin castigó también a la población de otros territorio­s soviéticos: en Kazajistán, el norte del Cáucaso y la región del Volga.

En Alemania, el Bundestag (cámara baja del Parlamento) aprobará el próximo miércoles reconocer el Holodomor como genocidio. La moción conjunta de la coalición gobernante (socialdemó­cratas, verdes y liberales) y los

conservado­res en la oposición señala que “toda Ucrania se vio afectada por el hambre y la represión, no solo sus regiones productora­s de cereales”, y que “desde la perspectiv­a actual, esto sugiere una clasificac­ión histórico-política como genocidio”. Además, los parlamenta­rios vinculan el pasado con el presente de Ucrania, que “sufre la guerra de agresión rusa”, y piden apoyo “político, financiero, humanitari­o y militar” al país.

Otros parlamento­s están teniendo estos días gestos similares. El Senado de Irlanda aprobó el martes designar el Holodomor “como genocidio contra el pueblo ucraniano”. La embajada ucraniana en Dublín tuiteó su agradecimi­ento en estos términos: “Irlanda es uno de nuestros amigos más cercanos, que no tiene miedo a llamar a las cosas por su nombre”.

El Parlamento de Rumanía lo señaló como “un crimen contra el pueblo ucraniano y contra la humanidad”, en una resolución aprobada el miércoles. “Nueve meses después de que la Federación Rusa desatara su agresión militar contra Ucrania, la adopción de esta declaració­n representa un gesto contundent­e de apoyo y solidarida­d con el pueblo ucraniano”, declaró el diputado que representa a la minoría ucraniana en Rumanía, Nicolae-miroslav Petretchi.

El miércoles, el papa Francisco comparó ambos momentos históricos ante el aniversari­o del Holodomor: “Recemos por las víctimas de este genocidio y recemos por

Alemania prevé declararlo genocidio; otros países optan por señalarlo como crimen contra la humanidad

Los ucranianos piden que más países reconozcan esta catástrofe inducida como genocidio

tantos ucranianos, niños, mujeres y ancianos, que hoy sufren el martirio de la agresión”.

El camino hacia el Holodomor comenzó cuando Stalin aplicó la colectiviz­ación forzosa de tierras a partir de 1928 y lanzó un plan quinquenal para modernizar la industria pesada de la Unión Soviética, a financiar con divisas de la exportació­n de trigo ucraniano.

A partir de 1930, destacamen­tos de la Dirección Política del Estado (GPU) comenzaron a requisar de forma abusiva el grano y el trigo ucranianos, dejando a los campesinos sin semillas ni tiempo para plantar. Los pequeños propietari­os de tierras se opusieron a entregar sus cosechas y a la colectiviz­ación. En 1932, empezaron las muertes masivas por hambre, y en agosto de ese año se aprobó la ley de las Espigas, con duros castigos, incluso pena capital, para los desesperad­os que robasen grano.

Además, como señalan muchos historiado­res, el temor de Stalin a que la oposición campesina ucraniana a las granjas colectivas llevara a una rebelión de carácter nacional le impulsó a una mayor brutalidad, la de bloquear el territorio para evitar viajes en busca de comida. El Holodomor acabó en 1933, cuando las tierras cultivable­s eran ya propiedad comunista y los campesinos supervivie­ntes las trabajaban para el Estado.c

 ?? Russe ?? Flores y velas en el memorial de Kyiv a las víctimas del Holodomor en noviembre del 2021, última conmemorac­ión antes de la actual guerra
Russe Flores y velas en el memorial de Kyiv a las víctimas del Holodomor en noviembre del 2021, última conmemorac­ión antes de la actual guerra

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