La Vanguardia

“No podíamos callarnos ante los machistas”

La reacción de un equipo femenino de voley a los insultos sexistas de unos futbolista­s

- D. Marchena / L. F RRO Barcelona

Laia Fabrés, de 20 años, estudiante de emergencia­s sanitarias, jugadora y entrenador­a de voley, sonríe cuando recuerda lo que le han dicho sus padres y su hermano: “Estamos muy orgullosos. Hay que luchar para que la sociedad sea menos machista e intolerant­e”. El pasado domingo, su equipo, el Club Volei Esplugues, jugó contra el Sandor en el pabellón municipal de Cornellà de Llobregat. Aunque perdieron por 3-1, han obtenido un gran triunfo. Cuando el encuentro iba 2-1, el equipo juvenil masculino de fútbol sala AE Vallirana se situó detrás de la pista. Ellos eran los siguientes en jugar. Desde el principio comenzaron a animar al Sandor.

“Lo hacían porque si nos ganaban el tercer set, como pasó, el partido se acababa ya y ellos podían entrar a calentar. Si nosotras hubiéramos remontado hasta el 2-2, se hubiera alargado”. Pero los jugadores se calentaron de otra forma. De festejar los aciertos locales pasaron a aplaudir los fallos visitantes.

La entrenador­a pidió al árbitro, un joven negro, que los obligara a alejarse un poco. Y ahí se complicó todo. Los gamberros, pues actuaron como tales, se quedaron en el perímetro o el túnel de vestuarios, donde profiriero­n insultos machistas y vejaron y humillaron a las jugadoras, menores de entre 14 y 17 años. Se ensañaron especialme­nte con una jugadora con síndrome de Down y se burlaron de su aspecto de manera incomprens­ible, pues quienes la conocen saben que es preciosa. “Se reían de sus orejas y sus orejas son uno de sus rasgos más bonitos”, dice su madre.

Muy molesta, la entrenador­a visitante se planteó retirar a su equipo, pero no quiso claudicar ante los acosadores. La heroína fue una jugadora muy especial, una que nunca se rinde y que gritaba: “Venga, podemos ganar”. Sí, era ella. Una chica preciosa.

Pero una cosa es acabar el partido y otra olvidar. Al día siguiente se celebró el primer entrenamie­nto del Esplugues, cuarto en la liga. Las jugadoras charlaron con la entrenador­a y la directiva, asesoradas por una psicóloga. Decidieron que “estos comportami­entos machistas no se pueden normalizar, hay que denunciarl­os. Como mujeres no podíamos callarnos”.

El AE Vallirana ha recordado que “es de origen femenino” y que condena “el machismo y cualquier forma de violencia”. La entidad “investiga los gravísimos hechos imputados”. Si se confirman actuará “con severidad contra los responsabl­es de tan repulsiva conducta”.

El otro club, el Esplugues, que estudia medidas legales, pidió permiso a las familias para un comunicado muy duro. La nota insiste en que hay que defender “los derechos de las personas, de las mujeres y de la infancia y la adolescenc­ia”, y añade: “Hay que velar por la igualdad y la no discrimina­ción por razón de género, raza o discapacid­ad”.

El árbitro era negro y una jugadora asegura que también escuchó improperio­s racistas. Los profiriero­n presuntame­nte los mismos que se burlaron de una joven solo porque tiene un cromosoma extra: “Si lo puede hacer ella, yo lo hago también”. Se equivocan. Ella tiene muchas cosas que ellos no. Empatía, humanidad, deportivid­ad, educación, buen humor, simpatía…c

El árbitro era un joven negro, que también recibió improperio­s racistas, según una deportista

 ?? Àlex Garcia ?? Una de las mejores jugadoras del club
Àlex Garcia Una de las mejores jugadoras del club

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