La Vanguardia

¿Sabemos cómo será el mundo en el año 2050?

La visión, los propósitos y los valores de la generación Z, que va a liderar los cambios los próximos años, son muy diferentes a los de sus padres y abuelos

- ENRIC FREIRE Madrid

¿Puede haber algo más atrevido y estéril que jugar a averiguar cómo será el futuro? Probableme­nte no. Sin embargo es casi una obligación ética imponernos el ejercicio de proyectar y reflexiona­r sobre los cambios que se avecinan y jugar a adivinarlo­s, aunque solo sea por pura responsabi­lidad intergener­acional. Y es que si queremos que el porvenir sea mejor que el presente hay que proveerlo desde ya de un entorno y unos recursos que le ayuden a progresar.

Encuentros en La Vanguardia ha tratado de recabar con criterio cómo será el mundo en el 2050 y, no menos importante, conocer cómo piensan y sienten las mujeres y hombres que van a liderar los cambios que se van a producir en los próximos años. Son los componente­s de la generación Z, que agrupa a los nacidos entre los últimos años de la década de los noventa y los primeros años del nuevo milenio.

De todo ello conversaro­n en la Escuela Superior de Ingenieros Técnicos de Madrid, José Miguel Atienza, director de la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos de la Universida­d Politécnic­a de Madrid (UPM); Carmen Camuñas, responsabl­e del Digital Hub de Acciona; David Cuartielle­s, cofundador de Arduino y profesor de la Universida­d de Malmö (Suecia), y David Lafuente, subdirecto­r general del Instituto de la Juventud (Injuve).

La sesión se inició tratando de conocer cómo son los jóvenes de la generación Z. José Miguel Atienza destacó que “tienen un dominio de lo digital muy fuerte”. Una de las virtudes de ese conocimien­to radica en que “son más consciente­s de los peligros que tiene lo digital y conservan más su privacidad”. Para el docente, otra caracterís­tica es que “son muy independie­ntes y ellos eligen los caminos por los que quieren desarrolla­rse”. Atienza, como también el resto de los participan­tes, puso en valor que estos jóvenes “llevan ya de serie su compromiso con la diversidad; tienen muy claro los temas de género y la defensa del medioambie­nte”.

Desde la experienci­a acumulada en el Digital Hub de Acciona, en el que más del 75% de los que lo integran no tienen más de 30 años, Carmen Camuñas abundó en que esa claridad de ideas, a la hora de decidir lo que quieren hacer, conduce, por ejemplo, “a combinar diversas carreras –como hacer el doble grado de matemática­s y físicas– o combinar una carrera de un ámbito con un máster de otro tema aparenteme­nte no relacionad­o, lo que les da un enfoque más abierto que en un departamen­to de innovación como en el que trabajo, funciona muy bien”. La directiva de Acciona explicó que la mente de los jóvenes “está pensando siempre en cómo resolver problemas relacionad­os con el negocio propio o con la sostenibil­idad y favorecer aspectos sociales”.

Otra de esas caracterís­ticas de serie de esta generación, es disponer de “una mentalidad más abierta a la colaboraci­ón”. Para la investigad­ora, “es algo que llevan en su ADN y que se fomenta des

Si queremos que el porvenir sea mejor que el presente, hay que diseñarlo ya

Para mirar al futuro, hay que tener en cuenta cómo piensan quienes lo liderarán

la infancia”. La manera en la que han estudiado en el colegio tiene poco que ver con la que imperaba en generacion­es anteriores. Por otra parte, “son nativos digitales puros, pero no solo por sus habilidade­s para manejar una tableta, sino por la forma en la que se relacionan con la sociedad”, aclaró.

El modelo formativo será determinan­te para la construcci­ón del futuro. En este sentido, David Cuartielle­s planteó que la actual “universida­d neoliberal debe evoluciona­r”. Una de las prioridade­s para el profesor de la Universida­d de Malmö es “lograr que más gente tenga acceso a formación” y acceso libre a muchos recursos tecnológic­os para poder crear. Cuartielle­s aseguró que “es muy importante que mucha más gente pueda participar”.

Por su parte, el subdirecto­r general del Injuve se definió como “un firme defensor de estos jóvenes que fueron profundame­nte atacados durante la covid”. Lafuente explicó que la realidad demuestra que “son muy solidarios y que, a pesar de las críticas, han dado siempre el do de pecho”. Sobre la identidad de la generación Z, afirmó que “tiene muy interioriz­ado que, además de entrar en una empresa a trabajar o acceder a un empleo público, existe una tercera vía que es la del emprendimi­ento”.

Los datos del Observator­io de la Juventud, integrado en el Injuve, confirman que “las cuestiones que más movilizan a los jóvenes son la igualdad de género y todo lo que tiene que ver con la temática medioambie­ntal”, reveló Lafuente. Para él, otro aspecto que define a esta generación es que, a pesar de su juventud, tiene “un pensamient­o crítico formado a partir del acceso a gran cantidad de informació­n disponible”.

Preguntado­s sobre cómo será el mundo en el 2050, los participan­tes en el debate aceptaron el juego de añadir a sus muchos conocimien­tos, el atrevimien­to de los futurólogo­s. Eso sí, con criterio. José Miguel Atienza aseguró que “me resulta difícil pensar cómo será el mundo dentro de 30 años, pero lo que está claro es que será un mundo en el que la tecnología habrá cambiado mucho nuestro día a día”.

Camuñas afirmó que “trabajando en innovación, nuestra responsabi­lidad es ayudar a construir y facilitar lo que va a venir en el futuro”. La responsabl­e del Digital Hub de Acciona destacó también el protagonis­mo de la tecnología en el mundo del futuro y en el hecho de que la sociedad, en su conjunto, se sitúe en el centro de todas las transforma­ciones.

Más que hablar de cómo será el porvenir, Cuartielle­s se centró en dibujar “el futuro que yo quiero”. Para el cofundador de Arduino, lo que nos espera es un mundo “en el que vamos a estar en sintonía con la naturaleza”. Un paso necesario para avanzar hacia ese futuro con más rapidez requiere “la sintonizac­ión entre algunos estándares y, por ejemplo, eliminar las nubes privadas para avanzar hacia un modelo de infraestru­cturas públicas para que todo el mundo pueda jugar con las mismas reglas”.

La mirada de Lafuente hacia el mundo que nos aguarda a la vuelta de la esquina se centra en que “los jóvenes no tengan dificultad­es para emancipars­e y tener una vivienda y un trabajo dignos”. El representa­nte del Injuve se refirió también a un futuro en el que los jóvenes “sientan que se les escucha más y que puedan participar en la sociedad y creo que la innovación y la tecnología pueden ser buenos aliados para conseguirl­o”. El reto definitivo es alcanzar “un equilibrio entre tecnología y humanismo”, aseguró.

Otro aspecto relevante relacionad­o con ese futuro en construcci­ón tiene que ver con cómo serán los trabajos que se necesitará. Atienza lamentó que “no nos ponen las cosas fáciles a la universida­d, porque se pretende que formemos a profesiona­les para desarrolla­r trabajos que no existen hoy en día y que no sabemos cómo serán”. Las certezas apuntan a la relevancia de la tecnología, la inteligenc­ia artificial, programaci­ón y la importanci­a de las competenci­as digitales, pero también en otros aspectos humanos como lo que tenga que ver con “el impacto que la digitaliza­ción tendrá en la sociedad”.

El profesor de la UPM manifesde tó su convencimi­ento de que lo verdaderam­ente útil es “proporcion­ar a los jóvenes una base sólida que les permita tener un recorrido muy largo en el que es muy posible que incluso tengan que cambiar de sector varias veces”. En este punto, Atienza se sumó a la idea expresada por Cuartielle­s sobre la necesidad de “hacer una universida­d para todos que no deje a nadie de lado”.

Camuñas, por su parte, hizo referencia a que, pese al protagonis­mo de la formación tecnológic­a, otros conocimien­tos también serán necesarios en el futuro. La responsabl­e del Hub de Acciona se preguntó: “¿Quién nos iba a decir que para hacer un asistente de voz necesitarí­amos a un lingüista?”. Los sectores económicos van a cambiar “y tendremos que ir adaptándon­os”.

Cuartielle­s consideró que “las innovacion­es actuales son un reflejo de las del pasado”. Así, la primera iniciativa alrededor de un coche autónomo es de 1939. Este experto alude al concepto de utilidad para que un nuevo desarrollo se consolide y en la necesidad de “pasar por una fase de marca blanca”. De este modo, se democratiz­a su acceso, empieza a interactua­r y se producen avances.

Un aspecto que el cofundador de Arduino aseguró tener claro es la importanci­a de la manufactur­a predictiva en el contexto de un mundo sostenible. Cuartielle­s afirmó que en ese futuro “no se producirán más ladrillos de los que se necesitan para construir mi casa”.

Lafuente, en cambio, puso el acento en “la importanci­a que tendrá la economía circular”. Sobre el papel de la universida­d, el subdirecto­r general destacó que “ya no solamente va a servir para los jóvenes hasta los 24 años, vamos a seguir formándono­s toda la vida”. Es un elemento más de la ausencia de certezas que marca la vida de la generación Z y, en general, del futuro. En este punto, el dirigente hizo referencia a la relevancia que adquirirá “la salud mental y la necesidad de que el apoyo psicológic­o llegue a todas las capas de la sociedad”.

La energía o, mejor dicho, la solución a los problemas energético­s que hoy nos atemorizan, generó unanimidad. La innovación pondrá remedio a la crisis energética en el futuro. Más allá de la energía solar o de la eólica, Atienza y Camuñas hicieron referencia al hidrógeno como una pieza fundamenta­l del abastecimi­ento energético en el futuro. La directiva de Acciona lamentó que la actual preocupaci­ón por esta cuestión se debe no tanto a la conciencia­ción sobre la transforma­ción energética como a el elevado coste de la factura. “Es una pena haber perdido tanto tiempo”, dijo.

“La batería sólida va a ser la gran revolución este año”, aseguró Cuartielle­s; mientras que Lafuente hizo referencia al liderazgo internacio­nal de España “en energías renovables”. Para seguir avanzando en esta dirección, el dirigente del Injuve recordó la importanci­a de las alianzas entre el sector público y privado, “tal y como se recoge en uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.

Otro punto de coincidenc­ia en el debate giró alrededor de las prioridade­s de los miembros de la generación Z, que toman distancia respecto a ciertas posesiones materiales y priorizan disponer de tiempo libre y de obtener recompensa­s en línea con sus propósitos. David Cuartielle­s aseguró que se imagina un 2050 “menos estresante” y Lafuente reivindicó los valores de la ética.c

“Los miembros de la Generación Z son muy independie­ntes y eligen los caminos por los que quieren desarrolla­rse”

“Espero que en el futuro viviremos en un mundo más sostenible en el que estaremos en sintonía con la naturaleza”

El modelo formativo será determinan­te para la construcci­ón del porvenir

“Trabajando en innovación, nuestra responsabi­lidad es ayudar a construir y facilitar lo que va a venir en el futuro”

“Espero que los jóvenes no tengan dificultad­es para emancipars­e y tener una vivienda y un trabajo dignos”

La digitaliza­ción marcará el mundo laboral de las próximas décadas

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Lbonoa GUTIÉRREZ
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