Dolor de panza argentino
La ‘albiceleste’ se juega la supervivencia y el temor es tan grande que se toca
Lionel Scaloni se puso al mando de la selección argentina sin demasiadas expectativas. La suya fue una designación provisional, precipitada por la destitución de Jorge Sampaoli tras la pésima participación de la albiceleste en el Mundial de Rusia del 2018. Era un seleccionador interino, la AFA echó mano de él por cercanía. Su única experiencia consistía en haber dirigido a la selección sub-20. Scaloni tiene solo 44 años, es un técnico joven al que le llegó una gran oportunidad a destiempo, pero a la que se agarró como hacía con los extremos rivales en sus tiempos de lateral.
Ayudado por Pablo Aimar, uno de los futbolistas más talentosos surgidos de Argentina en las últimas décadas, fue seduciendo a Messi, cuyas frustraciones con la albiceleste corrían el peligro de cronificarse, y fue aglutinando a su alrededor a un nuevo grupo de jugadores más joven y enérgico, incontaminado de viejos vicios e inercias.
Con Scaloni al frente y Messi ejerciendo de maestro sensei de las nuevas generaciones, Argentina encadenó el tercer puesto de la Copa América en el 2019 con el título continental de la edición del 2021, , éxito muy relevante y liberador, añadiendo a eso una extraordinaria cifra de partidos sin perder (36) que se fue al almacén de los récords estadísticos en el momento menos imaginado: debut en el Mundial ante Arabia Saudí y sorpresa monumental. Derrota.
Scaloni apareció ayer ante los medios de comunicación en su primer mal momento como seleccionador. Sorbía agua de su botella entre pregunta y pregunta pese a que estas fueron poco incisivas, y parecía notar el peso de las dos estrellas bordadas en su polo de manga corta, las que recuerdan que Argentina ha sido campeona un par de veces en su historia, en 1978 y 1986, hace demasiado tiempo la última vez.
Scaloni trató de transmitir calma como es su obligación, alejado del histerismo de Sampaoli, su predecesor, pero es obvio que el partido de hoy ante México le hace contraer mil músculos. Si la albiceleste no gana estará virtualmente fuera del Mundial con dos partidos jugados. Un drama. Scaloni, aunque lo dijo pausadamente, sabe en qué lío está metido. “Argentina es diferente a las demás selecciones, somos diferentes”, confesó a propósito de la presión ambiental, el miedo a quedar fuera. “Cuando la cosa no es de color de rosa es cuando necesitamos unidad”, pidió.
Los nervios atacaron a los más jóvenes en el debut, reconoció Lautaro, que salió a hablar justo antes que su seleccionador. “¿Eso ha dicho? Es normal estar nervioso y sentir dolor en la panza. Pero hay que pasar página de la piña del otro día, como siempre después de una piña no queda otra que levantarse”.
Le preguntaron a Scaloni los periodistas desplazados a Qatar por el estado físico y anímico de Leo Messi, y desmintió que no se entrenara el pasado jueves. “No sé de dónde salió eso, lo hizo como siempre e incluso salieron imágenes... Leo está bien. le necesitamos, como a todos los jugadores”. Y tiró ahí de tópicos preventivos por si acaso la cosa no va bien ante México: “No vamos a negociar nuestra manera de jugar”; “hay que afrontar cada partido como si fuera el último”; “espero que el hincha recuerde lo que este grupo ha dado”; “vamos a dejarnos hasta la última gota de sudor”...
Y llegó la pregunta obligada, puesto que ayer se cumplían dos
Si la selección argentina no gana, estará virtualmente fuera con dos partidos jugados; un drama
Scaloni, que llegó hace cuatro años a la selección como interino, trata de transmitir calma
“No sé de dónde salió que Messi no se entrenó, le necesitamos a él, pero también a todos”
años justos de la muerte de Diego Armando Maradona. “Vamos a tratar de brindarle un buen día allí en el cielo donde está. Cada que vez que veo imágenes de él me resulta increíble que ya no esté aquí con nosotros”.c