Bruselas quiere reducir la hegemonía de Londres en el mercado de derivados
La Comisión Europea está preparando un plan que reducirá la hegemonía financiera de Londres, al retirarle una porción importante de las operaciones con derivados financieros. Esta iniciativa se conoce poco desvo pués de que la bolsa de París haya superado en capitalización a la de Londres.
El cambio afecta a los derivados, consistentes en contratos para la compra a futuro de acciones de una empresa, materias primas u otros productos. Están a la orden del día, hasta el punto de que al cabo del año se venden o compran derivados a través de Londres por 115 billones de euros.
“Apoyamos a Londres cuando el Reino Unido estaba en la UE, pero ahora que está fuera nos hemos dado cuenta de que los derivados no están en nuestras manos”, aseguró ayer la comisaria europea de Servicios Financieros, Mairead Mcguinness, en un desayuno informatien Madrid, en el que confirmó una información adelantada por Financial Times y ofreció detalles adicionales.
La Comisión exigirá que los operadores de derivados usen cuentas procedentes de las cámaras de compensación de algún país de la UE, lo que no arrebatará a Londres el control de esta actividad, pero sí le quitará una buena porción. Los bancos considerados sistémicos por los reguladores europeos tendrán que tener una cantidad mínima del negocio de derivados vinculado a estas cámaras de compensación.
La intención de la Comisión Europea, indicó Mcguiness, es iniciar ahora el proceso para que el cambio se materialice en el verano de 2025. “Somos muy cautelosos, no queremos que sea dramático ni se haga súbitamente”, afirmó. “No se trata de que Londres sea menos, sino de hacer a Europa más fuerte”, añadió.
La intención de Bruselas es presentar los detalles de la medida el mes que viene para activar el mecanismo de aprobación a partir de ese momento.
Para Londres, el golpe puede ser relevante en negocios muy financieros, como los de los derivados asociados a los tipos de interés, de los que la City gestiona más de la mitad de los suscritos en todo el mundo.
La Comisión Europea argumenta que tener la mayor parte de esos derivados referenciados al euro en un país ajeno a la Unión Europea es una vulnerabilidad estratégica que debe resolverse. Mcguiness insistió en el objetivo de aportar solidez al sistema financiero y avanzar en la unión bancaria.