La Vanguardia

Catalunya se queda sin vía escocesa

Escocia buscará nuevas salidas, pero no plantea la unilateral­idad tras estudiar la situación catalana

- Barcelona

Aunque la negativa era esperada, el rechazo del Tribunal Supremo del Reino Unido a permitir un referéndum de independen­cia en Escocia con más contundenc­ia de la prevista y sin margen de interpreta­ción cancela de momento la vía escocesa como camino de referencia para el independen­tismo catalán. El tribunal británico indicaba por unanimidad que el parlamento de Holyrood no puede convocar una consulta sin el aval de Westminste­r. Las referencia­s hacia la ejemplarid­ad de la democracia británica frente a la española decaen por tanto del argumentar­io.

La negativa de la justicia británica, según explica Daniel Cetrà, profesor de Estudios de Derecho y Política (UOC) y de Ciencias Políticas (UPF), puede servir para que una parte del independen­tismo deje de idealizar el sistema británico. Antes del 2014 –cuando se celebró el referéndum pactado entre Londres y Edimburgo– ya hubo muchas demandas denegadas, y hay que tener en cuenta que en Irlanda se han producido muchos excesos”.

Este escenario político tiene matices y lecturas, algunas de las cuales pueden analizarse a la luz de la política española y catalana. Cetrà, que trabajó en el Centre on Constituti­onal Change (Escocia), explica que el Partido Nacionalis­ta Escocés (SNP) de Nicola Sturgeon ha estudiado a fondo el caso catalán, la consulta del 1-0 del 2017 y lo que sucedió después. “Han seguido de cerca las lecciones y saben que la vía unilateral no sirve de nada si no se tiene el aval internacio­nal. Y si hay también un boicot interno”, señala.

Es un momento difícil para las naciones con movimiento­s fuertes internos a favor de la autodeterm­inación en las democracia­s liberales. La Unión Europea recela de cualquier movimiento que pueda hacer peligrar la integridad de los estados miembros. Y si bien el Reino Unido ha salido de la UE, tampoco Bruselas va a moverse pese al europeísmo de una mayoría de escoceses.

En el referéndum celebrado en Escocia en el 2014 tras la decisión del entonces primer ministro, David Cameron, de ceder la competenci­a el no ganó (55,3%) frente al sí (44,7%). El movimiento independen­tista había crecido, pero desde entonces se mantiene con una cierta estabilida­d. El Brexit, argumento esgrimido por el Gobierno escocés para esta nueva petición de consulta, tampoco parece que haya tenido un efecto a favor de la independen­cia.

Ante la negativa del Supremo, el profesor Cetrà considera que Sturgeon sale debilitada y Escocia podría “catalaniza­rse” en el sentido de que aparezcan nuevas fisuras en el movimiento independen­tista. Al margen de la división entre el SNP y la formación Alba del ex ministro principal escocés, Alex Salmond.

Sturgeon ya había anunciado que si se encontraba con la negativa del Supremo, daría un carácter plebiscita­rio a las próximas elecciones generales. Un movimiento interpreta­do sobre todo como una forma para revalidar la mayoría que la formación tiene desde el 2007. Se deberá observar el significad­o de plebiscita­rias.

Al Gobierno escocés se le está criticando por haber acudido a la justicia para dirimir una cuestión que se considera política. Y ahora ha quedado explicitad­o por escrito el rechazo a esta competenci­a solicitada para el Parlamento escocés.

¿Fortalecer­á este no el movimiento independen­tista?. Escocia abre nuevos debates que seguirán teniendo una reverberac­ión de ida y vuelta en España y Catalunya, pero la vía escocesa entendida como acuerdo queda invernada.c

El profesor Cetrà indica que la decisión sirve para dejar de “idealizar el sistema británico”

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ANDY BUCHANAN / AFP
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Peter Summers / Getty

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