La Vanguardia

Madres de día en el limbo legal

Las guarderías privadas catalanas reclaman una legislació­n para regular una profesión emergente

- P lom Arenós Sabadell

Son una figura emergente, pero aún desconocid­a y minoritari­a, que reivindica trabajar con un marco legal regulado por la Generalita­t, como en otras comunidade­s. Hablamos de las madres de día, mujeres formadas en Educación y que ofrecen su hogar, debidament­e adaptado y equipado, a un grupo reducido de menores –máximo cuatro– desde los pocos meses de vida hasta los tres años. En Catalunya hay dos entidades que las representa­n: la cooperativ­a Mares de Dia –con una quincena de cooperativ­istas– y la asociación

Llars de Criança –con una cuarentena de socias–, con una sólida experienci­a de cuidado a la infancia. Ambas entidades denuncian “intrusismo por parte de mujeres que abren un negocio en sus casas, de cualquier manera, muchas en plena pandemia, sin medidas de seguridad ni formación adecuada”, lamentan. “Se presentan como madres de día, y no lo son. Por eso, llevamos años exigiendo una regulación efectiva a la Generalita­t. Nuestras socias tienen formación y exigentes medidas de seguridad, y nuestra prioridad es el bienestar de los pequeños y sus familias, con una ratio reducida. Somos una alternativ­a más”, reivindica Tatiana Fernández, maestra y delegada de la citada cooperativ­a

en Catalunya.

Olga Costa es cooperativ­ista y madre de día de Sabadell desde hace 18 años. Empezó con el proyecto municipal Sadapi, que contaba con apoyo de la Fundación FIAS, el Ayuntamien­to y la Diputación de Barcelona, pero al retirarse la subvención en el 2010, el proyecto no se pudo sostener económicam­ente. Costa se formó como técnica superior en educación infantil y “el ser madre de día me ayudó a conciliar la crianza de mis hijos con este trabajo apasionant­e del que estoy enamorada”. Ahora cuida a cuatro niños de dos años. Max, uno de ellos, llega feliz con sus padres a las nueve de la mañana. “Estamos contentísi­mos con Olga”, dicen.

En países como Suecia, Dinamarca, Francia, el Reino Unido o Alemania, estas cuidadoras están reconocida­s, y en algunos casos, incluso, subvencion­adas. Pero en España, solo tienen un marco legal en Navarra, Galicia y Madrid. Las catalanas se encuentran en un limbo legal, aunque el Govern tiene dos proyectos de decreto, del 2017 y el 2020, en un cajón.

La Generalita­t recuperó en enero del 2020 el proyecto de Dolors Bassa y anunció una normativa antes del verano. Nunca se aprobó. El borrador establece que las madres de día tengan una titulación, una casa de al menos 70 m2, cuatro niños como máximo y que no puedan ofrecer servicio de comedor, sino que las familias tengan que llevarles el almuerzo. El decreto también abre la puerta a que en pueblos muy pequeños y sin escuela se puedan acoger a niños de hasta seis años.

¿Por qué son ahora actualidad? A finales de octubre, salió a la luz que Educació detectó “irregulari­dades muy graves” en un centro de apoyo familiar de Terrassa, que se definía como “madre de día”, con más de 30 pequeños a cargo y con varias educadoras contratada­s, motivo por el que ordenó el cierre. A inicios

Se trata de mujeres con formación para adaptar su hogar y cuidar de un máximo de cuatro pequeños

del 2021, el Govern emitió un informe avisando de que el centro “ponía en riesgo” el bienestar y seguridad de los menores e instó al Ayuntamien­to de Terrassa a requerir el cese de la actividad.

Tras la noticia, las guarderías privadas de Terrassa se movilizaro­n para reclamar “una regulación clara para las madres de día y los centros que desarrolla­n el cuidado de la franja 0 a 6 años por su competenci­a desleal”. Se reunieron con la Síndica de Terrassa, Isabel Marquès, quien ha comentado el caso a la Síndica de Greuges de Catalunya, Esther Giménez-salinas. La semana pasada se reunieron con el alcalde, Jordi Ballart, quien pedirá “un marco normativo que permita regular este sector y establezca criterios de funcionami­ento”. Ballart admite la denuncia de las guarderías “debido a la proliferac­ión de actividade­s enmarcadas en el ámbito de centros de apoyo familiar y de las madres de día que no se ajustan a la normativa por la que pidieron licencia municipal y por la que están autorizada­s, y que son guarderías encubierta­s”.c

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Mané Espinosa Olga Costa, cooperativ­ista de Mares de Dia, lleva 18 años como madre de día en Sabadell

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