La cultura se protege ante el descontrol de Twitter tras la llegada de Elon Musk
El sector almacena sus publicaciones en la red social por el temor a su desaparición
Cuando hace unos días Agustín Paz, responsable de redes sociales y eventos online de Penguin Random House, habló con La Vanguardia sobre un hipotético escenario en el que Twitter no existiera, se mostró convencido de que eso no iba a ocurrir. “Al menos, no en un futuro próximo”. No obstante, reconocía que, “como acto de prudencia”, Penguin España ha descargado el historial de tuits de todas las cuentas que gestiona, “por si alguna vez cerrara, para que así no quedara todo el trabajo en balde y pudiéramos acreditarlo y trasladarlo a otra red social”. Con esta acción, Paz evidencia lo importante que es para el grupo y sus editoriales estar presentes en el panorama digital, y admite que, “a día de hoy, no es concebible la opción de no estar en redes. Se nos comería la competencia y perderíamos nuestra forma más directa de tener feedback de nuestros lectores”.
Lo que durante la charla Paz calificaba como “una acción algo extrema aunque previsora”, se ha convertido en la última semana en lo habitual entre los usuarios. Son muchos los que reconocen que están tomando precauciones y que han solicitado a la empresa que ahora dirige Elon Musk que les envíe un informe con el trabajo hecho. Algo que también ha pedido Jordi Araz, responsable de producción y de las redes sociales del Teatre Aquitània. “Recuerdo entrar en Twitter hace unos días y pensar que todo se había vuelto apocalíptico. Parecía que la red fuera a caer de un momento a otro. Ante ese escenario, decidimos descargarnos el historial. Para nosotros esta red es una herramienta muy importante, pues nos permite no sólo hablar con nuestro público sino también informar tanto de las obras en cartel como de las promociones vigentes”.
El equipo que pilota la web y las redes sociales de la división editorial del Grupo Planeta, coordinado por Nahir Gutiérrez, también reconoce estar pendiente del caos desatado desde que el magnate de Tesla se puso al mando de la empresa. No obstante, insiste, “no nos corresponde a nosotros hablar sobre la desaparición de una red. El mundo es cambiante y el de la comunicación todavía más. Pase lo que pase, lo que se mantiene inamovible es el objetivo de Planetadelibros, que es el de buscar a través de las redes sociales el camino para fomentar la lectura y hacer llegar nuestros libros a nuevos lectores”. Con todo, Gutiérrez recuerda que, aunque Twitter es un canal por el que conectan con mucho público, “es el vídeo el formato estrella” y en el que están centrando parte de sus recursos aunque, advierten, “no es lo mismo crear un vídeo para Youtube que para Tiktok”. Planeta fue el primer gran grupo editorial en estar presente en esta plataforma. “Vimos la oportunidad de conectar con nuestros lectores más jóvenes. Lo mismo que en su momento aparecieron los booktubers en Youtube, Tiktok nos ha traído los booktokers. Nos gusta pensar que en cada nuevo formato siempre hay un espacio que pone los libros en el centro”.
Si hay un terreno en el que esta red social se convierte en la reina, ese no es otro que el musical. Artistas y discográficas han sabido aprovechar el tirón e implantar la app no solo como una forma de promocionar canciones sino también para presentar álbumes y dar conciertos. Prueba de ello es Rosalía, que mostró a la audiencia en exclusiva su álbum Motomami por ese canal. La catalana rompió esquemas, no sólo adaptando sus letras -muchas de ellas un guiño a la jerga juvenil y al lenguaje empleado en redes– sino también con esa nueva forma de show que triunfa entre la generación Z y, cada vez más, entre los veteranos, pues fueron muchos los que descargaron la aplicación para disfrutar del espectáculo. Paul Hourican, jefe de operaciones musicales de Tiktok en el Reino Unido, recuerda a La Vanguardia que el estudio The Power of Tiktok, elaborado por Kantar, refleja que “el 67% de los usuarios mundiales de la plataforma supera los 25 años. Estos datos han animado a artistas muy diversos a unirse a la plataforma, como Led Zeppelin, U2 y hasta el propio Raphael”.
Desde hace años, las redes también son un vivero de voces frescas. Leo Rizzi, por ejemplo, cuya carrera empezó en Tiktok al publicar la canción Amapolas . La melodía acabó gustando tanto que se viralizó y las discográficas se fijaron en él. Ahora forma parte del circuito de conciertos, algo impensable cuando no existían las redes sociales. “Antes, o sonabas en la radio o jamás ibas a triunfar en el mundo de la música. Ahora, los artistas tienen muchas más vías para dar a conocer sus temas y eso siempre tiene que verse como algo positivo”, dice Karin Herrero, dj y presentador de Los40. ●
Editoriales y teatros solicitan a la red su historial de tuits para trasladarlo a otra si es necesario