La selección huele bien
España ha goleado escandalosamente a Costa Rica y ha tuteado a Alemania en los dos partidos que se llevan de Mundial. El nivel de la selección ha sido alto, arrimándose al de Brasil y Francia, los dos equipos con mejor pinta de todos los que se han visto en Qatar. El grupo comandado por Luis Enrique, que ya dejó un gran sabor de boca en la Eurocopa, confirma su reaparición en la élite, misión que se le encomendó al entrenador asturiano cuando agarró a la roja en el verano del 2018.
España venía entonces de perpetrar un Mundial calamitoso, con Fernando Hierro de técnico improvisado achicando agua del barco que había dejado a la deriva Lopetegui. Rusia tumbó en octavos de final a una selección tristísima, que tonteaba de nuevo con términos viejunos que apelaban a la entrega de Sergio Ramos por encima de la delicadeza de Andrés Iniesta. Tanto fue así que en aquella eliminación Hierro había dejado de salida al de Albacete en el banquillo, en una decisión jaleada por los medios que huelen a rancio, en parte los que hoy no soportan a Luis Enrique.
Cuando la selección escapa de la naftalina y se despega de esas tentaciones que apestan a habitación cerrada acostumbra a volar. Sucedió en el periodo mágico que fue del 2008 al 2012 y ese aroma a perfume sofisticado va ganando presencia en el ambiente. Al menos el hilo argumental vuelve a ser el bueno.
Luis Enrique, pese a que esa manera de ser a veces ruda pueda hacer pensar lo contrario, ha tenido siempre como entrenador una clara vocación modernizadora. Le gusta tocarlo todo, tomar decisiones rompedoras. No solo porque alce un andamio para ver mejor los entrenamientos, o por colocar pinganillos a sus jugadores para darles la tabarra en las sesiones, ni siquiera por llevarse a Qatar pantallas gigantes o por convertirse en un streamer de la noche a la mañana…
El asunto va mucho más allá. En el Barça supo verticalizar al equipo al entender que con Neymar, Messi y Suárez arriba las transiciones desde el centro del campo debían acelerarse. Ganó el triplete. A esta España la ha colectivizado, dotándola de nuevo de peso en la media, asignando a Pedri el puesto de mando formando triángulo junto a dos blaugranas más, Gavi y Busquets, apuesta que no es casual. ¿Hay alguna selección que, ante emboscadas del adversario presionando arriba, saque el balón desde atrás con más elegancia y eficacia que la española? Negativo. No es ninguna casualidad que Rodri esté jugando de central junto a Laporte, en una decisión que conlleva riesgos pero que describe a un entrenador intrépido y de manual de instrucciones vanguardista.
No se sabe qué hará Luis Enrique cuando acabe el Mundial, si seguirá o no al frente, pero ya puede decirse que esta selección huele a nuevo, no como la que heredó.•
España ha goleado escandalosamente a Costa Rica y ha tuteado a Alemania