La OTAN no ve a China como adversario pero reducirá su dependencia

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, afirmó ayer que la Alianza actúa de forma “lúcida” ante el desafío que supone China, después de la discusión que mantuvieron los ministros de exteriores de los países miembros ante la pujanza militar de ese país.

En los últimos años, la alianza se ha preocupado cada vez más del incremento del poder militar en Pekín, en paralelo a un aumento de la presión de Estados Unidos a sus aliados europeos para que no menosprecien su amenaza potencial.

En la cumbre de junio, los dirigentes de la OTAN evocaron por primera vez “los desafíos sistemáticos” que suponía China y sus estrechos lazos con Rusia. “Los desafíos a los que nos enfrentamos son mundiales, y debemos asumirlos de forma conjunta en el seno de la OTAN” declaró Stoltenberg.

“No consideramos a China como un adversario”, matizó. “Seguiremos dialogando con ellos cuando sea de nuestro interés, en especial para transmitirles nuestra posición sobre la ilegalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”, añadió. Stoltenberg explicó también que los ministros habían discutido “el desarrollo de los ambiciosos planes militares de Pekín, su capacidad tecnológica y el incremento de la actividad cibernética e híbrida”.

El control por China de infraestructuras críticas en los países de la OTAN y su posible dependencia de las materias primas y las tecnologías estratégicas de Pekín suscitan una creciente inquietud.

“Vamos a seguir comerciando y a comprometernos económicamente con China”, declaró el secretario general de la OTAN. “Pero debemos ser conscientes de esas dependencias, reducir nuestra vulnerabilidad y gestionar los riesgos”. El secretario de Estado americano, Antony Blinken, declaró por su parte que habían una “creciente convergencia” con los aliados europeos en este aspecto.

“No buscamos el conflicto con China. Todo lo contrario, queremos evitarlo. No queremos una nueva guerra fría. Ni tampoco desacoplar nuestras economías”.