Las democracias retroceden y las autocracias se vuelven más represivas
La erosión democrática en Occidente refuerza las autocracias, según un estudio
El número de países que avanzan hacia regímenes autoritarios es más del doble de los que lo hacen hacia sistemas democráticos en los últimos cinco años, según un estudio sobre el estado global de la democracia publicado ayer por el Instituto Internacional para la Democracia (IDEA). La mitad de los 173 países evaluados sufren erosión democrática.
El estudio clasifica los países en tres tipos de regímenes políticos: democráticos (104), autoritarios (49) e híbridos (20). También cataloga a las democracias según su práctica, basándose en factores como los derechos fundamentales o la representatividad. La invasión de
Ucrania le ha costado a la Federación Rusa pasar de ser considerado un régimen híbrido a uno autoritario en el último año.
La mitad de las democracias están experimentando una gran erosión en relación con las libertades civiles, controles gubernamentales y elecciones limpias. En ocasiones son los líderes electos los que dinamitan las instituciones desde dentro. Brasil, El Salvador, Hungría y Polonia están retrocediendo de forma severa, mientras que India, Islas Mauricio y Estados Unidos lo están haciendo de forma más moderada.
Preocupa especialmente el caso de este último, por su impacto global. “Estados Unidos está al borde de una quiebra democrática: los republicanos se esfuerzan por desacreditar los resultados electorales echando mano de la violencia. Vemos un retroceso de los derechos sexuales y reproductivos, y los niveles de polarización están peor que nunca. Además, el cambio de administración no ha frenado este deterioro”, denuncia
Kevin Casas-zamora, secretario general de IDEA.
El autoritarismo se solidifica en la región de Asia y el Pacífico, donde solo el 54% de la población vive en una democracia y casi el 85% lo hace en una democracia débil o en retroceso. Además, los regímenes autoritarios han aumentado la represión. El incremento de las tensiones en Taiwán y la supresión de la democracia en Hong Kong sitúan a China, que tiene el segundo mayor PIB del mundo, como uno de los principales desafíos para la democracia global.
“El precio que pagan los líderes autoritarios hoy es mucho menor. Además, las democracias occidentales se han debilitado por errores cometidos en acontecimientos como la guerra de Iraq, la crisis financiera del 2008 y la experiencia de Trump en Estados Unidos”, dice Casaszamora, para explicar que el 46% de las democracias europeas ha sufrido un deterioro.
La erosión de los sistemas democráticos en Occidente y su imposibilidad de hacer frente a las demandas sociales facilitan el camino a líderes como Xi Jinping. “La democracia liberal tiene hoy competidores de formas de gobierno creíbles que no tenía hace 30 años. Por eso hoy China está dando el mensaje, de forma muy consciente, de que su modelo de gobierno es superior y de que es un modelo de desarrollo creíble que ojalá otros países adopten. Ese mensaje es muy atractivo para países en vías de desarrollo”, declara el secretario general de IDEA.
China, con su política de covid cero, ha exhibido su gestión de la pandemia como una prueba de que su sistema político es superior a los modelos democráticos. Pero la ola de protestas desatada el pasado fin de semana en las ciudades más importantes del país supone un reto para el Gobierno de Xi Jinping.
“Algunos creen que un sistema autoritario como el de China es mucho más eficaz para tomar decisiones en tiempo de crisis. Claro, si no se le consulta a nadie, tomar decisiones es más rápido y fácil. Pero la propensión al error es mucho mayor. Además, estos sistemas no tienen capacidad de autocorrección”, asegura Casas-zamora.
“En una democracia, cada cuatro o cinco años puedes cambiar el curso de las políticas. En un país autoritario como China es como jugar a la ruleta: te puede tocar Lee Kuan Yew, y te va a ir muy bien, o te puede tocar Pol Pot, y te va a ir muy mal; puede que te quedes encerrado en la habitación con él sin posibilidad de corregir el rumbo”, finaliza el secretario general de IDEA.
El número de protestas alrededor del mundo se ha más que doblado entre el 2017 y el 2022. El estudio recoge la represión ejercida ante las protestas llevadas a cabo por las mujeres contra 40 años de “dictadura teocrática” en Irán, la lucha contra la represión en Birmania tras el golpe de Estado y la polémica derivada de la denuncia por la violación de derechos humanos de los trabajadores extranjeros en las obras para el Mundial de fútbol de Qatar.c
China, con el segundo mayor PIB mundial, representa un desafío para la democracia global
El número de protestas en el mundo se ha más que doblado en los últimos cinco años