Ocho arquitectos y ocho cartas sobre la arquitectura futura
Arquia Banca festeja la apertura de su nueva sede madrileña
¿Qué podemos hacer los arquitectos en tiempos de guerra, crisis climática y desigualdad? Ocho profesionales distinguidos respondieron por carta a esta pregunta de Luis Fernández Galiano. Dichas cartas fueron leídas ayer en la jornada Sharing Experience, con la que Arquia festejó la apertura de su nueva sede en Madrid (calle Tutor, 16), obra de Emilio Tuñón. Siguen varias de sus ideas.
Jacques Herzog
“Es el momento de actuar y dar con soluciones sostenibles –propuso el Pritzker suizo–. A la semana de la invasión rusa, cancelamos una docena de proyectos en Rusia. Respecto al tema medioambiental: el 38% de las emisiones de CO2 proceden de la construcción, y hay que actuar de otro modo. Por eso aumenta el uso de materiales como la madera o la arcilla. Sobre la sostenibilidad social diré que no queremos volver a pasar por proyectos en los que el cliente introduce cambios que lo desvirtúan. Hay que pactarlo todo con antelación. Los arquitectos sólo seremos relevantes si reconocemos los problemas y actuamos. También si tocamos emocionalmente a las personas. La arquitectura puede hacerlo. Y, además, crear belleza”.
Rafael Moneo
Según el arquitecto navarro, y también premio Pritzker: “Estábamos acostumbrados a que la forma de lo construido pudiese explicarse en términos racionales, por ejemplo, en el uso de los materiales o en la continuidad del lenguaje. Pero en mucha arquitectura avanzada ya no es así. Diríase que ahora el hecho de que algo pueda construirse ya lo hace razonable.y no es así. Abogaría por una vuelta a la razón. No olvidemos el valor que tiene todo lo que hay a nuestro alrededor, que es el compendio de la historia. De manera que hay que estar alerta a lo que destruimos cuando construimos. Hay que evitar despilfarrar y tirar. Y hay que volver a la residencia. Rescatemos desde la arquitectura la residencia”.
Juan Navarro Baldeweg
“Creo en la libertad absoluta y primaria de la actividad creativa y artística –dijo Baldeweg–. Pero eso tiene que ver con una responsabilidad ante el mundo. La ética nos dice que debemos construir sobre lo ya construido. Se trata de inducir una metamorfosis. Hace tiempo el proyecto del arquitecto se circunscribía a una construcción. Hoy su responsabilidad se alarga en los mil diversos niveles de una metamorfosis”.
Fuensanta Nieto
“La figura del arquitecto –dijo la arquitecta madrileña– tenía un papel predominante en la confección del proyecto y la ejecución de las obras. Paradójicamente,
ahora que se construye más, el control de la construcción se ha dejado en manos de otros agentes. Pensar que la eficiencia, la normativa y abaratar es lo importante equivale a no entender lo que es la arquitectura: espacio, estructura, luz natural, atmosfera, contexto”.
Antonio Ortiz
“Muchos se han empleado a fondo en ver el futuro de las cosas, pero casi nunca se acierta demasiado. Prefiero hablar de la experiencia –explicó el autor sevillano–. En mi vida profesional he asistido a la progresiva pérdida de aura de la disciplina. Las figuras heroicas del Movimiento Moderno tenían un carácter profético, demiúrgico. El arquitecto se veía como una figura omnisciente. Ya no. Hoy trabaja rodeado de especialistas. A veces digo que si un paisajista se ocupa del exterior y un interiorista del interior, puede ser que nuestro trabajo se limite a los cerramientos, con el permiso del experto en fachadas. Nos conviene ser estoicos y escépticos, más que iluminados”.
Carme Pinós
“No son buenos tiempos para la arquitectura. No se puede crear sin confianza y sin riesgo. No todo puede reducirse a números. La creatividad y la cultura no se miden así. Hay que usar el sentido común, escuchar a la naturaleza. Sin sentimiento de comunidad planetaria no vamos a sobrevivir”, según la arquitecta barcelonesa.
Eduardo Souto de Moura
Las palabras del portugués y premio Pritzker Eduardo Souto de Moura fueron pesimistas: “El papel de los arquitectos es menos apreciado. Hace 500 años no había arquitectos. Quizás desaparezcan en el futuro. A muchos el proyecto del arquitecto les parece un impedimento: al constructor para ganar dinero, al cliente para ahorrar tiempo. No quiero ser moralista ni nostálgico. Acaba una era”.
Emilio Tuñón
Cerró el acto Emilio Tuñón, con sus prioridades: “hay que priorizar lo posible sobre lo perfecto, las ideas sobre las formas, la ética sobre la estética, el tiempo lento sobre el veloz, el nosotros sobre el yo. Porque nos interesa la arquitectura que mejora la vida de las personas”.c