Túnez gana pero llora
La selección africana derrotó a Francia, la vigente campeona, pero se quedó sin el premio de los octavos de final porque Australia venció a Dinamarca
Ganó Túnez a Francia, la vigente campeona nada menos, pero la gesta le sirvió de poco. Ya es mala suerte. Son seis ya las participaciones de los norteafricanos en una fase de grupos de la Copa del Mundo sin poder ascender el peldaño de los cruces. Venció Australia a Dinamarca y se llevó el premio, frustrando esa ilusión. Francia, ya clasificada, se tomó el partido de aquella manera. Se guardó a los titulares y apretó solo al final en busca del empate por decoro.
Francia va sobrada. Tanto que hasta se puede permitir perder. Le sobró de hecho el partido de ayer para clasificarse para los octavos, ostentación de poderío que solo han logrado en la fase de grupos Brasil y Portugal. Deschamps, con toda la lógica del mundo, decidió dar descanso a sus mejores piezas. En un asiento del banquillo sobresalía Mbappé, la es
Deschamps se permitió el lujo de jugar con los suplentes porque puede hacerlo
trella de Francia y potencialmente la del Mundial, y a su lado estaban Griezmann, Koundé y Dembélé, que ha pasado de jugador maldito a recuperar su estatus tanto en el Barça como en su selección. Quién se lo iba a decir.
En la alineación francesa llamó la atención la titularidad del portero Mandanda, convertido así en el jugador galo más veterano, con 37 años, en disputar una Copa del Mundo. Fue Mandanda quien más trabajo tuvo. Túnez, con opciones de clasificación solo en caso de ganar, se envalentonó por necesidad y porque, viendo sentados a los mejores futbolistas del rival, lo creyó posible.
Un gol de Ghandri al rematar sin dejar botar una falta lateral fue su mejor botín en toda la primera parte. El tesoro fue sin embargo efímero como un espejismo en el desierto: fue en fuera de juego. Khazri, el mejor hombre de los tunecinos, mareaba mientras tanto al centro del campo francés con una constante movilidad y hasta lo probó con un disparo lejano que rechazó Mandanda.
Fue Khazri precisamente el aspirante a héroe de su país. Marcó un golazo arrancando desde la zona de tres cuartos y sorteando franceses hasta entrar al área y rematar con la izquierda. Se jugó el físico. Tanto que no pudo seguir. Túnez celebró el gol como si hubiera ganado el Mundial, pero Australia empezaba a atenuar la alegría al marcar.
En la recta final Deschamps metió a Mbappé en el campo con media hora por jugarse. Después ingresaron Rabiot y Griezmann y hasta Dembélé. Las sustituciones asustaron a Túnez, estresada ante la posibilidad de clasificación (faltaba solo el gol danés) y agotada por el esfuerzo realizado. Mbappé y Muani rozaron el empate y Griezmann lo logró en el último minuto, pero tras la intervención del VAR, su acción quedó invalidada por fuera de juego. El acoso fue colosal pero no cambió nada. Ni para Francia, ni para Túnez.