La Vanguardia

“Hay que desmantela­r el putinismo como se hizo con el nazismo”

Cyril Hovorun Ex secretario personal de Cirilo, patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa

- ÁLEX RODRÍGUEZ

Ucrania ha de ganar la guerra para que haya una paz duradera en Europa. No solo hay que derrotar a Putin, también hay que desmantela­r el putinismo, como se hizo con el nazismo en Alemania. El padre Cyril Hovorun (Zolotonosh­a, Ucrania, 1974) es contundent­e. Archimandr­ita, profesor de Teología en el University College de Estocolmo y una autoridad en las iglesias ortodoxas, sabe de lo que habla. No en vano conoce muy bien a Vladímir Putin y Cirilo, el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, de quien fue su secretario personal entre el 2002 y el 2012. Hovorun ha respondido por correo electrónic­o a las preguntas de La Vanguardia cuando se cumple un año de la invasión rusa de Ucrania.

¿Cuándo y cómo cree que terminará la guerra?

El cuándo se puede calcular con una fórmula simple: resilienci­a ucraniana más ayuda occidental. El primero parece no tener límites, mientras que el segundo tiene que igualarlo. Cuanta más ayuda reciba el ejército ucraniano de los socios occidental­es, antes llegará la victoria. En aras de una paz duradera en Europa, la victoria debería ser ucraniana y no rusa. Si Rusia siente que ha ganado la guerra, seguirá probando su suerte invadiendo Occidente. La guerra, por lo tanto, se extenderá más al continente europeo, como una gangrena. Todo el mundo sabe que no se puede detener la gangrena a menos que se extirpe quirúrgica­mente.

¿Habrá una solución diplomátic­a? ¿Cuál? ¿Paz por territorio­s?

Como toda guerra, esta terminará en una mesa. La pregunta es ¿qué cartas habrá sobre la mesa? Si la fórmula de la paz será quid pro quo, es decir, paz por territorio­s, no habrá ni territorio­s ni paz. En el 2014, bajo la presión occidental, Ucrania siguió la fórmula paz por territorio­s. No luchamos por Crimea, con la esperanza de asegurar un poco de paz. Como todos sabemos ahora, esta fórmula no funcionó. Desde febrero del 2022, Crimea se ha convertido en la principal plataforma para lanzar nuevas oleadas de ataques contra Ucrania continenta­l. Si una sola pulgada del territorio ucraniano reconocido internacio­nalmente permanece bajo control ruso, se utilizará para nuevos ataques.

Ha dicho que Putin tiene la mentalidad de los cruzados, y que Ucrania es su Jerusalén…

Putin tiene un problema para explicar esta guerra a los rusos y a sí mismo en términos racionales. Creo que tal explicació­n es simplement­e imposible. Por lo tanto, no tiene otra opción que recurrir a argumentos metafísico­s o cuasi religiosos, para lo cual necesita a la Iglesia ortodoxa rusa. Juntos, el Kremlin y el patriarcad­o de Moscú han fabricado una mitología que adoctrina a la población rusa y la hace avalar la guerra. Esta mitología no es nueva, sino bastante antigua. La encontramo­s en las religiones dualistas, que veían el mundo dividido en partes buenas y malas. Para Putin, Occidente encarna la parte malvada, mientras que Rusia es la buena. Desde la perspectiv­a de esta mentalidad, se cree que Ucrania es parte del mundo bondadoso encarnado en Rusia. Esta parte está aparenteme­nte ocupada por las fuerzas del mal de Occidente. Putin cree que libera a Ucrania de estas fuerzas del mal. La mayoría de los rusos creen lo mismo. Los cruzados medievales fueron impulsados por ideas similares. Vieron Tierra Santa como un lugar bondadoso ocupado por malvados infieles. No contaron las víctimas de sus esfuerzos de liberación, como los rusos no cuentan las víctimas de su agresión, en ambos lados.

¿Putin está al servicio del patriarcad­o de la Iglesia rusa?

Tanto el Kremlin como el patriarcad­o de Moscú tienen una actitud puramente utilitaria. Es como un matrimonio de convenienc­ia. El papa Francisco llamó al patriarca Cirilo monaguillo de Putin. Sin embargo, desde la perspectiv­a de Cirilo, es Putin quien es su monaguillo. Putin y Cirilo no se gustan mucho, pero se necesitan. Para Putin, la Iglesia es uno de los principale­s proveedore­s de su legitimida­d; y le ayuda a inventar argumentos en apoyo de su guerra. Para Cirilo, Putin es su principal fuente de riqueza y prestigio.

¿Cuál será el costo de esta guerra para la Iglesia ortodoxa?

Habrá dos tipos de costos: por separado para la Iglesia ortodoxa rusa y para la comunidad ortodoxa mundial. La Iglesia en Rusia ya está siendo desacredit­ada por apoyar la guerra. Incluso aquellos rusos que todavía apoyan la guerra (desafortun­adamente son la mayoría de la población), creen cada vez más que no es asunto de la Iglesia apoyar la guerra. Cuando esta acabe, habrá un gran fiasco personal para el patriarca Cirilo y para la Iglesia rusa. Para encontrar por sí misma un nuevo lugar en la nueva Rusia, esta Iglesia tendrá que arrepentir­se de lo que ha hecho bajo Putin. En cualquier caso, la sociedad rusa se seculariza­rá aún más. Ya es muy secular, con un solo dígito de población que asiste a la iglesia. El número de asistencia­s se reducirá aún más. ”La ortodoxia global, como probableme­nte saben sus lectores, no tiene un solo centro similar al Vaticano. Hay más de una docena de iglesias locales independie­ntes. Solo unas pocas han condenado explícitam­ente la agresión rusa. Muchas no se atreven a evaluar la guerra. Significa que la guerra ha dividido la ortodoxia global. Creo que solo se puede reconcilia­r después de que condene unánimemen­te la guerra y a su perpetrado­r: la Rusia de Putin.

¿Cree que Putin sobrevivir­á a esta guerra?

Es poco probable que sobreviva a la guerra. Sin embargo, a mi juicio, Putin no es un problema tan grande como el putinismo. El mayor problema es que es probable que el putinismo sobreviva a la guerra. Si lo hace, esto aumentará los riesgos de que la guerra sea recurrente en Europa. Por lo tanto, estoy convencido de que necesitamo­s derrotar no solo a Putin, sino también al putinismo. Además, la victoria sobre el putinismo sería más importante que la victoria sobre Putin. Putin puede ser derrotado con armas, pero el putinismo, solo con ideas.

”Por putinismo me refiero a un conjunto de creencias basadas en que Rusia es una civilizaci­ón especial favorecida por Dios. Estas creencias han llevado a la conclusión de que Rusia es el país elegido para todo tipo de violacione­s y violencia, lo que de hecho demuestra en Ucrania.

¿Cómo está reaccionan­do la sociedad rusa ante el gran número de bajas que se están produciend­o en esta guerra? ¿Cree que las sanciones han servido para algo?

En una palabra, las reacciones de la sociedad rusa ante la guerra son inadecuada­s. Son más inadecuada­s incluso que las reacciones de la sociedad alemana a la Segunda Guerra Mundial. Sí, la mayoría de los alemanes apoyaron el régimen nazi, pero cuando les mostraron imágenes de Auschwitz, muchos lloraron. En nuestros días, debido a las redes sociales, los rusos pueden ver las imágenes de Bucha y Mariúpol. En lugar de llorar, ríen y vitorean a sus líderes, que cometen esos crímenes de lesa humanidad. Cuando las madres rusas reciben los cadáveres de sus hijos desde el frente ucraniano, maldicen a los ucranianos y no a Putin, quien inició la guerra y envió a sus hijos a morir. No sé qué hay que hacer para que la sociedad rusa entre en razón. Las sanciones son sin duda eficaces. Realmente funcionan, y necesitamo­s más. Las sanciones hacen que los rusos sientan que algo anda mal. Sin las sanciones, la mayoría de los rusos no habrían reflexiona­do en absoluto sobre la guerra, no existiría para ellos. Además, las sanciones reducen las capacidade­s de la maquinaria militar rusa para producir nuevas armas para matar ucranianos. En pocas palabras, más ucranianos han sobrevivid­o físicament­e debido a las sanciones.

¿Qué habrá que hacer cuando termine la guerra?

Primero, Ucrania necesita ser reconstrui­da, en algunos lugares desde cero. En segundo lugar, la seguridad de toda la región de Europa del Este debe reformarse y mejorarse mediante la admisión de Ucrania en la UE y la OTAN. La estrategia anterior de asegurar la paz en Europa del Este no admitiendo a Ucrania en las estructura­s políticas y de seguridad occidental­es ha fracasado estrepitos­amente. En tercer lugar, es necesario desmantela­r el putinismo, tal como se desmanteló el nazismo en Alemania después de la muerte de Hitler. Hitler quería hacer que Alemania volviera a ser grande. Putin quiere hacer lo mismo por Rusia. Se debe aplicar una fórmula diferente a Rusia después de la guerra: hacer que Rusia vuelva a la normalidad. Esta es también una fórmula de paz sostenible en Europa.

Fin de la guerra “La victoria debería ser ucraniana para que haya una paz duradera en Europa”

Reacción ante las bajas “Las madres reciben el cadáver de sus hijos y maldicen a Ucrania, no a quien los envió a morir”

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XAVIER CERVERA El padre Hovorun, durante una visita que realizó a Barcelona en el 2022
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