La Vanguardia

Para fiestas ‘rave’, la ANC

- Joaquín Luna

Los parajes perdidos de Catalunya acogen muchos fines de semana fiestas rave, con la consiguien­te alarma social de la gente de orden, lo que obliga a los Mossos y a TV3 –como si no tuviesen nada mejor que hacer– a montar grandes dispositiv­os que suelen saldarse con el arresto de un par de guiris colocados, la incautació­n de tres altavoces chumba chumba y cuatro multas.

A mí, en cambio, la fiesta rave que me resultó perturbado­ra no fue la de los pueblos de Sarral o Torà, sino la montada por la ANC en el centre Cultural i Moral del Poblenou de Barcelona, donde los asistentes sacrificar­on su salud, su bienestar emocional y su sábado para dar la razón a José María Aznar, que profetizó –con más visión que en Irak– que antes se rompería Catalunya que España.

¡Y qué manera de romperse! ¡Y sin empastilla­rse!

Al parecer, los asistentes se dedicaron a arrojarse dimisiones una tras otra, siendo la más impactante la del número dos, Jordi Pesarrodon­a, popular por lucir narices de payaso ante la policía y –más recienteme­nte– por un comentado piscinazo en una manifestac­ión (creo que antifascis­ta).

Hasta 14 dimisiones fueron presentada­s, entre las que no figuró la de la presidenta de la ANC, un cargo muy extraño que nunca ostenta el más votado. ¿Y por qué iba a presentar la dimisión si la ANC es así, pura La vida de Brian ? Al fin y al cabo, ya en el 2020 se largaron con cajas destemplad­as siete miembros del secretaria­do.

Me reconozco urbanita. Que unos centenares de jóvenes aparquen sus caravanas y coches en descampado­s donde Cristo perdió los clavos no afecta mi tranquilid­ad. Allá ellos, que son jóvenes.

Lo de la ANC, en cambio, me provoca zozobras desde el 2014, cuando anunciaron a bombo y platillo 100.000 voluntario­s para perpetrar “la campaña puerta por puerta más festiva y participat­iva que se ha hecho nunca”. Creo que era para convertir a fachas como yo al independen­tismo.

Aún hoy, cuando suena el timbre, me digo si no será algún voluntario rezagado de aquellos que ofrecían avalar personalme­nte el cobro de la pensión caso de romper con España. ¡Eso es una rave!

‘Rave’ histórica de la Assemblea: sacrifican un sábado para dar toda la razón a Aznar

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