La supermanzana de Poblenou se extiende por Almogàvers
Comienzan las obras de un nuevo tramo con preferencia peatonal
Mientras las obras de los ejes verdes continúan a toda máquina en el corazón del Eixample para estar listas antes de las elecciones municipales, ayer empezaron los trabajos en otro distrito, y de forma más discreta, para consolidar la supermanzana del Poblenou, iniciada en el 2016 y no exenta tampoco de polémica. El Ayuntamiento ha comenzado la intervención para renovar un segundo tramo de la calle Almogàvers, entre Badajoz y Roc Boronat, después de actuar entre Joan d’àustria y Pamplona.
Las obras afectan cerca de 8.000 m2 que se convertirán en una plataforma única donde 15 de los 20 metros de ancho de la calle se destinarán a espacios de paseo, parterres, zona verde y puntos de carga y descarga. Los cinco metros restantes serán para los vehículos a una velocidad limitada a 10 km/h y para el paso de servicios. Los ciclistas podrán desplazarse en ambos sentidos por los nuevos espacios peatonalizados adaptando su velocidad al paso de los viandantes.
Por otro lado, se creará una plaza de unos 2.000 m2 en el cruce entre las calles Almogàvers y Ciutat de Granada. Además de nuevo mobiliario urbano y nuevo alumbrado, habrá más de un centenar de árboles, de los que un 90% serán de nueva plantación, así como plantas de quinces especies diferentes.
La inversión municipal es de 3,7 millones de euros, y se prevé que las obras, ejecutadas por el Institut Municipal d’urbanisme, finalicen en octubre. Durante los meses que dure la intervención, el tráfico se verá afectado y los vehículos se desviarán a otras calles.
Una vez que se complete este segundo tramo, se habrá transformado en eje verde un total de 270 metros de la calle Almogàvers y quedará una última fase de obras. El gobierno de Ada Colau remarca que su objetivo hasta el 2030 es que una de cada tres calles de la trama urbana ideada por Ildefons Cerdà sea un eje verde en el marco del plan supermanzana Barcelona y que también se prevé en el nuevo planeamiento del 22@.
Esta zona de Sant Martí preocupa especialmente a los vecinos, que han denunciado reiteradamente el problema enquistado de los botellones en el denominado triángulo golfo, un asunto sobre el que el Ayuntamiento ha actuado, pero que no acaba de resolver.