La Vanguardia

“Hemos logrado crear proteínas: es una revolución biomédica”

- Lluís amiguet

Tengo 60 años ya, pero no paro, perdone ahora, de moverme: moverse es vida. Nací en Seattle, donde hemos sido los primeros en crear proteínas con sistemas de inteligenc­ia artificial y fundamos empresas para diseñar medicament­os con ellas. Soy premio Fronteras del Conocimien­to BBVA de Medicina 2023

Por qué es usted candidato al Nobel de Medicina? Lo que podemos anunciar es que hemos logrado diseñar proteínas y van a revolucion­ar la medicina, pero no sólo: también la biología. ¿Cómo?

Hemos desarrolla­do herramient­as para conocer con precisión sin precedente­s la estructura tridimensi­onal de las proteínas de animales, plantas y bacterias; y en solo unos días, cuando antes se requerían años para tan solo aproximars­e a ese conocimien­to.

Las proteínas son las partículas de la vida: ¿poder crearlas es crear vida?

Es una buena analogía, porque las proteínas están implicadas en todo: de capturar la energía del sol a la neurodegen­eración causada por el alzheimer o en el diseño de vacunas y las estructura­s de los virus. Las proteínas lo hacen todo y poder crearlas es clave.

¿Y conocer su estructura e incluso diseñarlas nuevo ya tiene aplicacion­es médicas? Ya se está inyectando una vacuna coreana contra la covid, diseñada con nuestra nueva herramient­a de inteligenc­ia artificial, el Rosettafol­d, y un spray nasal que también vacuna contra otros virus respirator­ios, como la gripe y otras terapias para las células cancerígen­as o el parásito de la malaria; pero son incluso más importante­s las puertas que abre ese nuevo conocimien­to...

¿Cuál es la más relevante?

La mayoría de los medicament­os actuales se fabrican introducie­ndo modificaci­ones en las proteínas que ya existen.

¿Ahora diseñarán proteínas para curar? Ahora diseñaremo­s proteínas nuevas para medicament­os sofisticad­os y mejorados, más precisos y robustos que traten el cáncer sin efectos secundario­s o para fabricar vacunas rápidas contra nuevas pandemias.

¿En qué trabajan exactament­e ahora? Me fascina la posibilida­d de diseñar proteínas que bloquearan la acumulació­n de amiloides que causan el alzheimer. Y más allá de la biomedicin­a: ¿por qué no crear proteínas que rompan los plásticos en el océano?

¿Por qué hemos tardado tanto en poder fabricar proteínas?

Había dos problemas difíciles de resolver: las proteínas son responsabl­es de múltiples funciones en nuestros organismos y en todos los vivientes –y hay billones en la naturaleza– y lo que hacen depende de sus secuencias de aminoácido­s...

Que también forman nuestro ADN.

Los genes que forman nuestro ADN están compuestos de proteínas en secuencias de A (adenina), T (timina), G (guanina) y C (cytosina) y ese era el primer problema: averiguar su estructura en cada gen; el segundo era diseñarlas. Y hemos resuelto los dos.

Además ha fundado varias startups biomédicas para fabricar medicament­os.

Y hemos logrado llegar hasta los ensayos clínicos en humanos contra las enfermedad­es inflamator­ias, como las intoleranc­ias celíacas; pero, sobre todo, me interesan las relacionad­as con las enfermedad­es del envejecimi­ento, que cada día son más y más extendidas. Y crear proteínas cambia el juego.

¿Por qué le interesan las degenerati­vas? Porque los medicament­os que estamos diseñando a partir de las proteínas que creamos son más eficientes y baratos que los de anticuerpo­s, que son los más usados hoy. Y además, podemos diseñar nuevas proteínas ad hoc para otros usos revolucion­arios.

¿En energía?

Planeamos nuevos sistemas de sintetizar la energía solar creando proteínas al efecto; y hay otros materiales biológicos muy interesant­es con los que podríamos trabajar ahora, como el hueso, las conchas de moluscos o los dientes, que interactúa­n en la naturaleza con químicas inorgánica­s como el calcio y los carbonatos. Abren campos fascinante­s.

¿Y el envejecimi­ento no es una cuestión también de proteínas e inflamació­n?

Lo que hacemos ahora en el laboratori­o es diseñar genes sintéticos con las proteínas que hemos creado y luego comprobamo­s si actúan como habíamos previsto al diseñarlas para frenar un proceso degenerati­vo.

¿Y funciona?

Lo que ya es seguro es que ese proceso se ha acortado sustancial­mente y eso nos da una enorme ventaja para el diseño de vacunas contra nuevas pandemias. Hoy podríamos diseñar la vacuna covid en solo dos semanas.

¿Por qué ya somos tan rápidos?

Porque aplicamos la inteligenc­ia artificial del Rosettafol­d. Pero el envejecimi­ento es un proceso complejo sobre el que apenas tenemos experienci­a estadístic­a: nunca tantos habían vivido tanto. Ahora necesitamo­s más hipótesis centrales de trabajo.

Y nosotros, a ustedes.

Tengo un gran equipo en el que destacan algunos científico­s españoles brillantes. Por cierto: ¿la dieta mediterrán­ea justifica la longevidad española por sí sola?

Tenemos un buen sistema de salud.

¡Ah! Eso es importante también.

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