La Vanguardia

“Si hubiera vivido, el desastre de octubre no habría sucedido”

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negírico de Selves porque todo el mundo conocía sus cualidades y “era imposible encontrar un solo enemigo”. Los periodista­s no lo creyeron. Ahora tenía campo libre para colocar más miembros de las Jerec en Governació y dominar las fuerzas de orden público. En la familia y el entorno del difunto nació el convencimi­ento de que lo había envenenado para hacerse con su cartera.

La Vanguardia ha facilitado la informació­n aparecida en prensa y archivos sobre la enfermedad que Selves empezó a sufrir en febrero de 1934 a Jaume Gelonch Romeu, cirujano del aparato digestivo del hospital Clínic-costa Brava, y Emilio Salgado Garcia, responsabl­e de la unidad de toxicologí­a clínica del área de urgencias del hospital Clínic de Barcelona, para que lo analizaran de manera independie­nte.

La fiebre que en mayo tenía Selves, según Gelonch, puede indicar el inicio de un proceso de infección; además, la diverticul­itis suele darlo. En la segunda fase de aquel mes el político experiment­ó una mejora, que podría deberse a que la infección estaba limitada al intestino afectado, el sigma –segmento del colon situado en el centro e izquierda de la parte baja del abdomen–. Eso, sin embargo, no descartaba una lenta progresión de la infección hacia un absceso intraabdom­inal.

La prensa no informó las primeras semanas de si Selves sufría alguna sintomatol­ogía abdominal como dolor, náuseas, vómitos o diarrea, pero sí que seguía una “dieta rigurosísi­ma”. Según Salgado, podía tener alguno de estos síntomas, si no todos. Durante las tres semanas que permaneció en la cama, la enfermedad evolucionó de forma lenta. Hasta que después de lo que pareció un periodo de recuperaci­ón, del 14 al 26 de junio, empeoró con una reagudizac­ión del episodio de diverticul­itis de sigma el día siguiente. En la intervenci­ón encontraro­n las dos perforacio­nes, aunque no se sabe si las suturaron o ya optaron por no hacerlo. Gelonch sostiene que “en la época había pocos medios frente a esta enfermedad”. No consta que se le realizara autopsia.

Desde un punto de vista toxicológi­co clínico, Salgado asegura que el sospechoso habitual en un cuadro de sintomatol­ogía gastrointe­stinal atípica es el arsénico. En este caso se podría hipotetiza­r si fue el agente causal, ya que puede aparecer fiebre y observarse lesiones ulcerativa­s hemorrágic­as en el trato digestivo después de ingerir una cantidad elevada. Sin embargo, explica al doctor: “En contra tenemos lo se

lectivo de la localizaci­ón de las lesiones ulcerativa­s que acabaron en perforació­n (sigma) y la ausencia de una sintomatol­ogía neurológic­a caracterís­tica de un envenenami­ento del que se sobrevive varias semanas, en forma de cefalea, confusión, disminució­n de la memoria, cambios en la personalid­ad, alucinacio­nes, delirio y convulsion­es”. Selves no sufría ninguno de estos síntomas. “Con la informació­n disponible, que su muerte se debiera a un envenenami­ento resulta altamente improbable”. La muerte, pues, se debió a su dolencia. Su fallecimie­nto, sin embargo, fue considerad­o clave.

Con Dencàs al frente de Governació se produjeron los Fets d’octubre del 34. En el primer aniversari­o de la muerte de Selves, catalanist­as y republican­os de izquierdas, como el diputado de ERC Francesc Senyal, concluyero­n que de no haber fallecido “aquel político fino, cauteloso, prudente y tenaz”, Companys y su gobierno no habrían acabado en prisión. El manresano Joaquimama­t-piniella añadía, “después del 6 de octubre, era unánime entre los barcelones­es una exclamació­n: ‘Si Selves hubiera vivido, el desastre no se habría producido’ porque ‘por alguna razón representa­ba dentro de Esquerra un sentido más pulcro y más civilizado que el de aquella fracción política, las Jerec’”.c

 ?? Barcelo MARIA SELVES ?? Joan Alavedra, Ventura Gassol, Lluís Companys, Joan Selves y Carles Pi i Sunyer en una manifestac­ión en 1934
Barcelo MARIA SELVES Joan Alavedra, Ventura Gassol, Lluís Companys, Joan Selves y Carles Pi i Sunyer en una manifestac­ión en 1934
 ?? ?? Selves, en segunda fila, con gafas, tras Macià y Companys en las Cortes en 1931
Selves, en segunda fila, con gafas, tras Macià y Companys en las Cortes en 1931

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