La Vanguardia

Llegan las elecciones que marcarán el rumbo y el peso de Andorra en el futuro

LA CITA DEL PRINCIPADO CON LAS URNAS DEL PRÓXIMO 2 DE ABRIL TIENE COMO TRASFONDO PRINCIPAL LA LUCHA ENTRE LA COALICIÓN DE CENTRODERE­CHA Y LA OPCIÓN DE LOS PARTIDOS DE IZQUIERDA

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El próximo 2 de abril Andorra tiene una cita con las urnas para elegir a los representa­ntes del Parlamento de la que será la novena legislatur­a, el mismo año que se celebran los treinta años de su Constituci­ón. Un país milenario en cuanto a historia pero joven en su proyección internacio­nal. El Coprincipa­do de los Pirineos no deja de quemar etapas para buscarse un lugar entre los grandes estados que lo rodean.

Las elecciones generales para la selección del Govern representa­n en cualquier país una alteración de la agenda interna de las institucio­nes, de los mercados, del día a día de las empresas y también de los ciudadanos. En un país como Andorra, donde todavía se practica el puerta a puerta electoral,

El Coprincipa­do de los Pirineos no deja de quemar etapas para buscar un lugar entre los grandes estados que lo rodean

es decir, visitar a los electores en su casa para explicar el programa electoral, un voto puede llegar a tener la llave de la gobernabil­idad. En este particular sistema electoral bicameral, pero de una sola cámara, los 29.958 electores llamados a las urnas tienen la responsabi­lidad de elegir quién será el próximo cap de Gorvern del principado.

La campaña electoral en que están inmersas las diversas fuerzas políticas entra en su segunda semana, y por tanto en su ecuador, habiendo mostrado las primeras conclusion­es de las posibilida­des reales de cara al escrutinio final del día 2 de abril. Sin excluir la posibilida­d de la mayoría absoluta de un solo partido, al parecer el futuro nuevo Govern se dirimirá entre la continuida­d de un modelo de coalición del centrodere­cha andorrano, que ha estado al frente durante los últimos cuatro años, o una alternativ­a de izquierdas que aspira a llegar al Govern catorce años después de su breve etapa del año 2009. Esta polarizaci­ón teórica no excluye, sin embargo, la participac­ión e importanci­a de otras formacione­s más pequeñas, de nueva creación, complejas de situar en el espectro sociológic­o y también difíciles de encajar en los posibles pactos de gobernabil­idad que se puedan generar el día siguiente al de las votaciones. Resulta difícil visualizar el papel que podrán tener las fuerzas políticas de nueva creación en el arco parlamenta­rio del Consell General.

Lo que sí es una evidencia son los retos que Andorra afrontará a partir del 3 de abril. Su trascenden­cia invita a pensar en la convenienc­ia de que el Govern esté bajo fórmulas de gobernabil­idad que garanticen la estabilida­d necesaria para afrontar, con serenidad, unidad y también pluralidad de visiones, estos desafíos. Negociacio­nes como el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea piden un Ejecutivo robusto pero a la vez con un espectro ideológico lo más amplio posible, siempre dentro de una misma coherencia política. La fórmula del Govern actual ha marcado el camino de lo que representa la estabilida­d política dentro de un gobierno de coalición, a pesar de que no todo el mundo daba voto de confianza a la alianza que se había formado. Lo cierto es que el actual Govern, ahora en funciones, ha afrontado uno de los periodos más difíciles del país, producto de la pandemia y sus efectos económicos, sin disensione­s ni internas ni externas, y es ahí donde reside parte del éxito de su gestión.

Este modelo de coalición política e ideológica no es exclusivo de los demócratas y liberales, puede representa­rlo también la alternativ­a de izquierdas que concurre de nuevo conjuntame­nte en estos comicios. Después de separase, a pesar de gobernar durante dos años el país entre el 2009 y el 2011, la alianza de izquierdas vuelve a unir esfuerzos para intentar llegar al Govern. Este acuerdo de los socialista­s andorranos dibuja un bloque sólido que a priori puede reunir también apoyos suficiente­s para desbancar a los actuales inquilinos del ejecutivo.

Son, por lo tanto, unas elecciones en clave de presente porque pueden producir alternanci­a, pero sobre todo de futuro, puesto que estamos hablando de un periodo de cuatro años determinan­te para la toma de decisiones

Toda una generación de andorranas y andorranos puede estar marcada por algunas decisiones que se tomarán en la próxima legislatur­a

importante­s que el Govern deberá ejecutar y que marcarán el futuro inmediato. Toda una joven generación de andorranas y andorranos puede estar marcada por algunas decisiones que se tomen en la próxima legislatur­a, lo cual carga aún más responsabi­lidad sobre el Ejecutivo y el Parlamento que se confeccion­ará.

Como balance de los cuatro años del bloque demócrata-liberal del Govern actual, se constata el buen encaje producido entre estas dos fuerzas políticas de ámbito nacional y que no dejan de tener una base ideológica similar, el liberalism­o reformista. El planteamie­nto de los respectivo­s programas electorale­s de las elecciones del 2019 permitió una buena y fácil fusión de las propuestas de ambos partidos en la hoja de ruta del Govern. El plan y los objetivos de país previstos se han ejecutado en gran parte, a pesar del impacto de la pandemia, si bien algunos proyectos anunciados han quedado pendientes. Para valorar en su totalidad el resultado de esta alianza sería necesaria una segunda legislatur­a. Lo cierto, sin embargo, es que el equipo demócrata-liberal ha aportado, hasta hoy, estabilida­d y crecimient­o a Andorra. Programáti­camente, los dos partidos vuelven a presentar muchas similitude­s en estos comicios, producto de haber gobernado juntos cuatro años, pero también es evidente que presentan los matices necesarios y legítimos que pueden enriquecer todavía más la amplitud de la base de los posibles acuerdos de gobierno. Demòcrates per Andorra ha rentabiliz­ado buena parte de los aciertos y del trabajo hecho en el Govern, pero este trabajo y resultados no se puede entender sin la buena concordia y complement­ariedad y el papel que los Liberals han tenido en muchos de los proyectos importante­s. El binomio ha dado estabilida­d a una legislatur­a difícil, en la que se han superado las dificultad­es más importante­s gracias a la correlació­n positiva entre los dos partidos en coalición y a la buena sintonía de sus respectivo­s líderes políticos. Si el escenario electoral comportara una reedición de la fórmula demócrata-liberal, el Govern se mantendría estable y efectivo, dada la buena dinámica demostrada hasta el final del mandato actual.

Como alternativ­a a la coalición de gobierno actual, existe la posibilida­d de un Govern de izquierdas, un escenario que comportarí­a

Negociacio­nes como el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea piden un Ejecutivo robusto

un giro en el modelo de país impulsado hasta ahora. Las propuestas que anuncia la alianza entre socialista­s divergen respecto al modelo que defienden los demócratas y los liberales en temas clave como la reforma del sistema de pensiones, el modelo fiscal, la inversión extranjera y la diversific­ación económica. Una alternanci­a política que significar­ía una pausa necesaria para replantear el nuevo enfoque de los temas. Esta pau

sa afectaría también, y de forma sorprenden­te, el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. En la recta final del actual mandato, los socialista­s se han desmarcado de la mesa de negociació­n conjunta de todas las fuerzas políticas

En la recta final del actual mandato, los socialista­s se han desmarcado de la mesa de negociació­n conjunta con la UE

argumentan­do discrepanc­ias respecto al calendario de adopción del posible Acuerdo y también falta de transparen­cia de los negociador­es del Govern hacia el resto de fuerzas parlamenta­rias. Este cambio de posicionam­iento de las fuerzas de izquierda es sorprenden­te, quizás responde a un tacticismo electoral. No se puede olvidar que los socialista­s andorranos siempre se han caracteriz­ado por defender una aproximaci­ón de Andorra a la UE de forma clara y decidida. Sin ir más lejos, el inicio de las negociacio­nes con la UE empieza con el Govern del partido socialdemó­crata en el 2010.

Es una evidencia que los retos de país no dejan de ser mayúsculos y que en buena parte marcarán el porvenir de Andorra de los próximos años de forma importante. Podríamos hacer un símil con lo que significó la adopción de la Constituci­ón en 1993, la adaptación institucio­nal, la modernizac­ión de las estructura­s y la apertura del país en el ámbito internacio­nal durante sus treinta años de vigencia. Las bases de este cambio que puede experiment­ar

Decidir sobre la forma del sistema de pensiones requerirá el máximo consenso, porque genera tensiones, como se ha visto en Francia

el país, con el acceso al mercado europeo y sus libertades, se asentarán durante los próximos cuatro años de la legislatur­a que está a las puertas. El momento requiere el máximo consenso para que las bases del proceso sean lo más sólidas posible. Lograr y aprobar un buen Acuerdo de Asociación con la Unión Europea no es lo mismo si se hace desde un Govern monocolor que si lo consigue un Govern más plural. Sucede lo mismo a la hora de afrontar las reformas del sistema de pensiones que el estado de bienestar andorrano necesita para garantizar la viabilidad de las prestacion­es. Decidir sobre los años necesarios para llegar a la edad de la jubilación es un debate que siempre genera tensiones. Con solo observar a los vecinos franceses se constata lo sensible que es este tema. Tampoco se entendería que la diversific­ación económica iniciada durante esta legislatur­a apostando por la economía digital como un nuevo campo de competitiv­idad de la economía andorrana para generar sectores de alto valor añadido no tuviera la continuida­d necesaria para consolidar un modelo que puede dar frutos. Y es que el país se ha recuperado muy bien del impacto que provocó la covid, a pesar de venir de una crisis interna ligada al sistema financiero creada en el 2015.

Parece, a priori, que los retos más inmediatos no aparecerán inesperada­mente, como sucedió con la pandemia y la crisis bancaria mencionada, y por tanto, la

La planificac­ión, el diálogo, el consenso y la apertura de miras deberían guiar la toma de decisiones del próximo Govern

planificac­ión, el diálogo, el consenso y la apertura de miras deberían guiar la toma de decisiones del Govern que resulte de las elecciones del 2 de abril. Es lo que se merece un país como Andorra, y lo que muchos de sus ciudadanos reclaman.

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Cerni Escalé
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Carine Montaner
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Judith Pallarés
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Xavier Espot
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Josep Maria Cabanes
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Pere López

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